Descontento en Salto: Ciudadanos critican la gestión del intendente Andrés Lima por priorizar el Carnaval sobre necesidades como el empleo y el mantenimiento urbano.
Ciudadanos de Salto expresan su descontento en redes sociales ante la gestión del intendente Andrés Lima, cuestionando la inversión en el carnaval en lugar de atender problemas más urgentes.
La reciente iniciativa del intendente Andrés Lima de Salto, Uruguay, de pintar la calle Uruguay para el Desfile Inaugural del Carnaval 2024, ha desatado una ola de críticas entre los ciudadanos. A través de las redes sociales, muchos expresaron su descontento, señalando que, mientras se invierte en festividades, problemas más acuciantes como el desempleo y el deterioro de la infraestructura urbana permanecen sin resolver.
Ezequiel Chiappa, un ciudadano local, expresó su frustración, argumentando que la población ya no se conforma con «migajas» y que es esencial enfocarse en generar empleo en lugar de en eventos como el carnaval. Esta opinión fue respaldada por otros usuarios como Andrea Sánchez y Bett Bert Mass, quienes criticaron la falta de trabajadores en obras importantes y la evasión de impuestos, respectivamente.
Mari Malacria y Mirta Peranich se sumaron a las críticas, destacando la necesidad de invertir en el mantenimiento de las calles y en la limpieza de la ciudad, en lugar de en un «desfile de carnaval ridículo». Por otro lado, Teresita Ibarra y Mariajuana Perez hicieron hincapié en la urgencia de reparar las calles rurales y urbanas, que son vitales para el transporte de alimentos y para la vida cotidiana de los habitantes.
Sin embargo, no todas las opiniones fueron negativas. Juan Jose Roselli y Henry Rodriguez defendieron la importancia de tener momentos de diversión y criticaron la actitud negativa hacia las iniciativas del intendente. Jacqueline Rosales recordó que la actual administración fue elegida democráticamente y destacó los cambios positivos que ha observado en Salto.
A pesar de estas voces disidentes, la mayoría de los comentarios reflejan una clara preocupación por la gestión de los recursos públicos. La percepción general es que, en tiempos de dificultades económicas, las prioridades del gobierno local deberían centrarse en mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, en lugar de en eventos festivos.