Telescopio James Webb revela fenómenos aurorales en enana marrón W1935

Telescopio James Webb revela fenómenos aurorales en enana marrón W1935

La enana marrón W1935, captada por el telescopio James Webb, revela emisión de metano, sugiriendo fenómenos aurorales únicos en el espacio.

La enana marrón W1935, situada a 47 años luz, muestra emisión de metano. Este descubrimiento inusual plantea interrogantes sobre procesos aurorales en cuerpos celestes aislados.

El telescopio espacial James Webb, en una misión destinada a expandir los horizontes de la astronomía, ha registrado un hallazgo sorprendente en la enana marrón W1935, localizada a 47 años luz de la Tierra. Este objeto celeste, más masivo que Júpiter pero más pequeño que una estrella, ha mostrado emisiones de metano en su atmósfera superior, un fenómeno que hasta ahora había permanecido oculto en cuerpos de este tipo.
Este descubrimiento adquiere relevancia debido a la particularidad de W1935: es una enana marrón fría y no se encuentra en un sistema estelar, careciendo por tanto de una estrella anfitriona. Esta circunstancia plantea la pregunta sobre la fuente de energía necesaria para la activación de las emisiones de metano detectadas. Investigadores vinculados a este estudio sugieren que dichas emisiones podrían deberse a procesos similares a las auroras, conocidas en planetas de nuestro sistema solar.
La investigación, presentada en la 243ª reunión de la American Astronomical Society en Nueva Orleans y reportada por la NASA, compara el fenómeno observado en W1935 con las características presentes en los gigantes gaseosos de nuestro sistema solar, como Júpiter y Saturno. En estos planetas, las emisiones de metano en sus atmósferas superiores están directamente relacionadas con las auroras, deslumbrantes manifestaciones de luz generadas por la interacción de partículas energéticas y campos magnéticos.
El caso de la Tierra, donde las auroras se producen por la captura de partículas solares por parte del campo magnético terrestre, sirve como referencia para entender el fenómeno en otros cuerpos celestes. Sin embargo, la ausencia de una estrella cercana en el caso de W1935 complica la explicación tradicional de las auroras, ya que no hay un viento estelar que contribuya a este proceso.
El equipo de científicos plantea que podrían existir procesos internos en la enana marrón, similares a los que ocurren en Júpiter y Saturno, o interacciones con plasma interestelar o incluso una luna activa cercana, que explicarían esta peculiar emisión de metano. Este descubrimiento no solo amplía la comprensión de las enanas marrones, sino que también abre nuevas vías de investigación en la física de los procesos aurorales en cuerpos celestes aislados.
Este importante avance, cortesía del telescopio James Webb, no solo enriquece el conocimiento astronómico actual, sino que también destaca la incesante búsqueda de la ciencia por desentrañar los misterios del universo, llevando a los investigadores a repensar teorías existentes y explorar nuevas posibilidades en el vasto cosmos.
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