Diputados argentinos frenan la 'ley ómnibus' ante protestas y la mandan a revisión

Manifestantes durante una protestas contra la ley ‘Ómnibus’, a 6 de febrero de 2024, en Buenos Aires (Argentina). Las protestas contra la ley ‘Ómnibus’, aprobada por el gobierno de Javier Milei, han escalado en los últimos días, con enfrentamientos entre – Matias Chiofalo/

En medio de fuertes protestas, la ‘ley ómnibus’ enfrenta un revés en la Cámara de Diputados y es enviada nuevamente a comisión para su revisión detallada.

La Cámara de Diputados de Argentina ha decidido este martes no avanzar con la ‘ley ómnibus’, enviándola de nuevo a comisión ante la presión de las calles y el debate parlamentario. La decisión se toma después de que el viernes se lograra una aprobación parcial de la misma.

Oscar Zago, líder del bloque de Libertad Avanza, fue quien propuso este paso atrás tras la negativa de la Cámara a aceptar propuestas clave como las privatizaciones, la reforma para el sostenimiento de la deuda y el aumento de las penas contra los manifestantes, en un contexto donde el partido gobernante no tiene la mayoría.

Desde Jerusalén, el presidente Javier Milei, manifestó su apoyo a la decisión. «Si va a salir una mala ley, mejor que no salga», expresó, haciendo eco en los medios como ‘Clarín’. Milei criticó a «la casta» por bloquear el cambio que, según él, eligió el pueblo argentino, resaltando la resistencia a modificar un sistema que benefició a los políticos a costa de la gente.

Con el apoyo del 56% de los votantes a su programa de gobierno, Milei reafirmó su compromiso de no negociar con quienes considera han llevado al país a la ruina. A través de X, la plataforma anteriormente conocida como Twitter, acusó a los gobernadores de Juntos por el Cambio de intentar «destruir» el proyecto de ley, lo cual ellos negaron, alegando esfuerzos por alcanzar consensos.

La propuesta legislativa ha sido centro de numerosas protestas, resultando en detenciones y heridos, incluyendo periodistas, debido a la intervención policial con balas de goma y gases lacrimógenos. Este ambiente de tensión destaca la división y el desafío que enfrenta el gobierno para implementar cambios significativos.