Devotos de la Umbanda en Salto ofrecen ofrendas a Iemanjá en la Costanera Norte, marcando una jornada de unidad espiritual y cultural.
En un acto de fe y devoción, cientos de seguidores de la Umbanda se dieron cita en la Costanera Norte de Salto, ofreciendo cultos y ofrendas a Iemanjá, la Reina del Mar, en una jornada que refleja la rica diversidad cultural y espiritual de Uruguay.
Este viernes, en la Costanera Norte de Salto, a la orilla del río Uruguay, los fieles de la Umbanda se juntaron para rendirle tributo a Iemanjá, demostrando su fe y devoción en una ceremonia que ya es tradición. Este encuentro, que reúne a cientos de devotos cada año, se destacó por el profundo sentimiento espiritual y la conexión con las raíces afro-uruguayas.
Iemanjá, la «Reina del Mar» para las religiones afrobrasileñas como el Candomblé y la Umbanda, es símbolo de la maternidad, la protección y el sustento. Los fieles le atribuyen el poder de cuidar a los pescadores y a todos aquellos que se encomiendan a su protección en el agua, viéndola como una madre que guía y protege a sus hijos.
La celebración en Salto se llenó de rituales que reflejan el respeto y el amor hacia Iemanjá. Los participantes, ataviados con indumentaria blanca y azul, colores que evocan la paz y la inmensidad del mar, ofrecieron flores y pequeñas embarcaciones de madera al río, como ofrendas para agradecer y pedir bendiciones. Estos actos buscan la armonía, la salud y la prosperidad, fortaleciendo el vínculo entre los fieles y la deidad.
La jornada estuvo marcada por la música y los cánticos tradicionales, que acompañaron la entrega de ofrendas, creando un ambiente de comunidad y celebración. La danza también tuvo su lugar, con movimientos que simbolizan la conexión con el espíritu de Iemanjá y el agua, elementos centrales en esta práctica religiosa.
Este homenaje a Iemanjá por parte de los fieles de la Umbanda en Salto es una muestra de la diversidad cultural y espiritual del Uruguay, donde se valora y respeta la pluralidad de creencias. La ceremonia no solo es un acto de fe, sino también una expresión de la identidad cultural que enriquece el tejido social uruguayo, manteniendo viva la tradición y el respeto por las distintas formas de espiritualidad.