La Central Hortícola del Norte, una jugada audaz en terreno económico resbaladizo, observada por el Tribunal en 2020.
En un movimiento audaz, pero cuestionable, Lima asumió un gasto considerable para la Central Hortícola en 2020, provocando la observación directa del Tribunal debido a la falta de fondos.
El proyecto de la Central Hortícola del Norte, en Salto, ha sido objeto de críticas y controversias desde su concepción. Con un título que encapsula la esencia del descontento, «Despilfarro en Central Hortícola del Norte: Gastos sin fondo y observación del Tribunal», el desarrollo de este proyecto se sumerge en aguas turbulentas marcadas por decisiones cuestionables y supervisión financiera.
La historia comienza con la Intendencia de Salto, que, bajo la administración del entonces Intendente, compromete una suma millonaria a la empresa BLARDONI & CIA S.A. para la construcción de la Central Hortícola del Norte. Esta decisión, tomada con la esperanza de mejorar la competitividad de los productores hortifrutícolas locales, se topó con un obstáculo significativo: la falta de fondos suficientes para respaldar el gasto comprometido, según lo observado por el Tribunal de Cuentas en su Resolución 2903/19.
El Tribunal de Cuentas, al revisar las actuaciones remitidas por la Intendencia, observó que el gasto fue comprometido en un rubro carente de disponibilidad suficiente, en clara contravención al Artículo 15 del TOCAF (Texto Ordenado de Contabilidad y Administración Financiera). Esta observación puso en relieve no solo la precaria situación financiera detrás del proyecto, sino también la temeraria gestión de los recursos públicos.
A pesar de la observación inicial del Tribunal, la Intendencia, en un intento de persistir en su curso, reiteró el gasto. Argumentaron la importancia del proyecto para el departamento de Salto, destacando su potencial para facilitar condiciones de comercialización más favorables para los productores locales. Sin embargo, el Tribunal de Cuentas, basándose en los principios de responsabilidad fiscal y gestión prudente de los fondos públicos, mantuvo su posición, reafirmando la observación del gasto y subrayando las deficiencias en la justificación del mismo.
Esta situación ha generado un debate sobre la eficacia de la gestión pública y el uso de los recursos estatales en proyectos de gran envergadura. El mantenimiento de la observación por parte del Tribunal de Cuentas destaca la necesidad de una mayor transparencia, planificación y responsabilidad en la administración de los fondos públicos. Además, pone en cuestión la viabilidad a largo plazo de proyectos que, aunque bienintencionados, se lanzan sin una base financiera sólida.
La Central Hortícola del Norte, concebida como un motor de desarrollo para el sector hortofrutícola de Salto, se ha convertido en un símbolo de las complejidades y desafíos que enfrentan los proyectos financiados con fondos públicos en Uruguay. La crítica situación financiera del proyecto subraya la importancia de una evaluación rigurosa, una planificación cuidadosa y una gestión transparente, elementos todos cruciales para el éxito de iniciativas de esta magnitud.
El proyecto de la Central Hortícola del Norte se encuentra en una encrucijada, siendo un testimonio de las tensiones entre las aspiraciones de desarrollo regional y las realidades de la gestión financiera y fiscal. La historia de este proyecto sirve como un llamado a la reflexión sobre cómo se deben concebir, planificar y ejecutar los proyectos de desarrollo para asegurar no solo su éxito, sino también su sostenibilidad financiera y operativa.