La Unión Europea asigna 150 millones de euros para apoyar las reformas económicas y control migratorio en Túnez.
Con un desembolso de 150 millones de euros, la Unión Europea refuerza su apoyo a Túnez en reformas macroeconómicas y la gestión migratoria, destacando un fuerte compromiso con la estabilidad y el desarrollo del país norteafricano.
Este lunes, la Unión Europea ha anunciado la entrega de 150 millones de euros a Túnez, destinados a impulsar cambios macroeconómicos significativos y a la regulación de la migración, según lo acordado el verano pasado, con un enfoque particular en más de 100 millones dedicados a la gestión migratoria. Esta inversión busca respaldar a Túnez en la estabilización de su escenario macroeconómico y el fortalecimiento de la administración de sus finanzas públicas y el entorno para negocios, según lo expresado por la Comisión Europea.
Desde Bruselas, se reconoce que este soporte financiero potenciará la capacidad de Túnez para asegurar un desarrollo económico sostenido e inclusivo, reafirmando el compromiso europeo con las reformas económicas en esta nación del Magreb. Este aporte se enmarca en el desarrollo del Memorándum de Entendimiento entre la UE y Túnez, que busca forjar una alianza estratégica y global con la intención de movilizar hasta 900 millones, incluyendo 105 millones adicionales para la gestión fronteriza y la repatriación de migrantes subsaharianos. Este esfuerzo se suma a los recursos previamente destinados a Túnez para la migración, elevando el total recibido en 2023 a más de 250 millones para este fin.
Bruselas argumenta que, gracias al acuerdo migratorio firmado en julio, las salidas de migrantes desde Túnez se han reducido en un 80%, lo que demuestra su eficacia en la lucha contra las redes de tráfico de personas y en la prevención de riesgos para la vida de los migrantes en su intento de llegar a Europa. A pesar de las críticas por parte de organizaciones no gubernamentales, que señalan violaciones a los derechos de migrantes y solicitantes de asilo en Túnez, la UE defiende este acuerdo como modelo para futuras negociaciones con otros países de la región, argumentando su importancia en la promoción de una gestión migratoria responsable y segura.