Por el Dr. Alvaro Vero
Esp. en Salud Pública
Revertir la inequidad que enfrentamos implica, entre otras medidas, garantizar el acceso oportuno a la atención médica. Resulta inútil tener centros de vacunación si una madre en una zona desfavorecida no puede acceder a controles adecuados para su bebé o realizar consultas preventivas, que actualmente no están disponibles.
Las tasas de mortalidad infantil en comunidades empobrecidas son un 50% más altas que en las áreas más acomodadas, y en las provincias argentinas, 1 de cada 2 muertes son evitables, según Jorge Lemus (página 275, Argentina).
Actualmente, obtener un número para la emergencia hospitalaria requiere de una llamada a un director, y tramitar recetas o tratamientos en la mutual implica perder gran parte del día. Esto sugiere que el foco está puesto en desarrollar infraestructuras comerciales en lugar de crear accesos adecuados y funcionales para personas con movilidad reducida.
Se cuestiona por qué aún no se ha finalizado el mal llamado "centro de agudos" y cómo el paso del tiempo ha deteriorado gran parte del proyecto, lo que complica la gestión de la pediatría. La percepción pública es que no se trata de una falta de financiamiento, sino de la defensa de intereses privados por parte de sociedades anónimas médicas.
Estas críticas han sido interpretadas por algunos políticos y periodistas como un ataque al gobierno, ignorando que la crítica forma parte de la libertad de opinión. Citando a Sigmund Freud, "Lo que no se puede decir, no se puede silenciar", y a George Orwell, "Periodismo es publicar lo que alguien no quiere que se sepa".
El problema radica en la falta de credibilidad de los actores involucrados y la promiscuidad en la ocupación de cargos públicos y privados en la gestión de la salud departamental.
Existen principios que deberían guiar las políticas de salud, enfocándose en la equidad, la competencia, la agilidad y la capacidad de elección, promoviendo la satisfacción del usuario frente a copagos excesivos.
Las Redes de Atención Primaria (RAP) departamentales, en los últimos cuatro años, parecieron más preocupadas por el aire acondicionado y la seguridad que por la atención médica esencial. La verdadera política de "Salud para Todos" exige más que renovaciones superficiales; necesita del compromiso de "será atendido".