Minerva Foods compra tres frigoríficos en uruguay, generando preocupación por la concentración de mercado. analizamos las implicancias y la necesidad de regulación.
En el vibrante sector de la producción de carne, uno de los pilares económicos de Uruguay, se ha desencadenado un evento de gran envergadura. Minerva Foods ha anunciado la adquisición de tres frigoríficos pertenecientes al Grupo Marfrig en Uruguay. Estos frigoríficos se encuentran en las ubicaciones estratégicas de Colonia, Salto y San José.
Esta adquisición forma parte de una transacción regional más amplia que abarca la compra de otras instalaciones en Brasil, Argentina y Chile, con un valor total de asombrosos 1.539 millones de dólares. En el contexto uruguayo, esta noticia ha generado preocupación debido a que, una vez que la operación se concrete, Minerva Foods controlará aproximadamente el 45% del proceso de faena en nuestro país.
Esta alta concentración del mercado ha inquietado a productores, autoridades y líderes políticos, quienes han señalado los posibles efectos negativos de tener una sola empresa con tanto poder en la industria cárnica uruguaya. El gobierno, en particular, ha expresado su preocupación y se ha comprometido a esperar el veredicto de la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia, que debe emitir su opinión sobre la transacción en un plazo máximo de 60 días. En última instancia, el gobierno podría revocar la resolución si lo considera necesario.
Esta noticia ha generado debates y controversias en la última semana. Para comprender mejor esta situación y sus posibles implicaciones, hemos consultado a dos expertos en el campo: Pablo Carrasco, productor ganadero y director de la empresa Conexión Ganadera, y Gustavo Gariboto, ingeniero agrónomo y columnista en Conexión Interior.
Minerva Foods, originaria de Brasil, es una multinacional con socios de diversos países en todo el mundo. Por otro lado, Marfrig es una empresa de capital brasileño. Aunque ambas compañías tienen un origen común en Brasil, han crecido de manera significativa y diversificada sus actividades a lo largo de los años.
Minerva Foods ya está presente en Uruguay desde 2011, cuando adquirió el frigorífico PUL de Melo. Hasta el año pasado, operaba tres plantas en Uruguay, y este año sumó otra en Durazno. Ahora, con la adquisición de los frigoríficos de Marfrig en Salto, San José y Colonia, fortalece su posición en el país.
Por su parte, Marfrig también tiene una presencia histórica en Uruguay desde 2006, cuando compró el frigorífico Tacuarembó. Posteriormente, adquirió plantas en Salto, San José y Colonia, además de establecer una planta de enlatados en Fray Bentos y un feedlot en Río Negro.
Esta operación se enmarca en la estrategia de Marfrig de alejarse gradualmente del negocio de la carne a granel (commodity) y enfocarse en productos con mayor valor agregado y cercanía al consumidor final. Este cambio estratégico explica por qué Marfrig ha decidido vender sus plantas de faena.
La pregunta que surge es si esta adquisición por parte de Minerva Foods y la concentración resultante en el mercado uruguayo deben ser reguladas por el Estado. En un contexto donde la seguridad alimentaria de países como Arabia Saudita y Egipto depende en parte de la provisión de carne, es crucial considerar la necesidad de asegurar la disponibilidad de este recurso.
La adquisición de tres frigoríficos en Uruguay por parte de Minerva Foods plantea preguntas fundamentales sobre la concentración del mercado y la regulación estatal. A medida que esta historia continúa desarrollándose, se espera que la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia emita su veredicto, y el gobierno tome decisiones sobre la regulación necesaria en beneficio de la industria cárnica y la economía del país.