El presidente de Bolivia, Luis Arce, ha asegurado este jueves que llamó al expresidente y compañero de partido Evo Morales para avisarle del golpe de Estado al considerar que los militares iban a ir a por él después de encargarse de su persona al considerar que debía ser informado de lo que estaba ocurriendo a pesar de sus diferencias.
«Cuando nosotros vimos que ya venía el golpe de Estado yo instruí que me comunicaran con el compañero Evo y le previne que estaba aquí dándose un golpe de Estado, para que él tome sus recaudos, porque estaba claro que venían por mí, pero a mí también me quedaba claro que después iban a ir por Evo Morales, por eso como compañero, porque al final eso es lo que somos, yo lo llamé para prevenirle», ha expresado Arce durante una rueda de prensa, según el diario ‘El Deber’.
Además, ha expresado que la principal diferencia entre ambos es que el ‘ala arcista’ opina que el partido Movimiento Al Socialismo (MAS) es un instrumento que pertenece a organizaciones sociales y no a personas en particular.
Cabe destacar que el ‘ala evista’ del MAS se ha pronunciado en masa a favor de la teoría de un «autogolpe» de Estado propiciado por el propio Arce, en consonancia con las palabras del general Juan José Zúñiga, líder de la intentona, quien ha trasladado la responsabilidad al presidente por supuestamente haberle pedido sacar «los blindados» para «levantar» la popularidad del mandatario boliviano, quien le habría confesado que la «situación está muy jodida».
Los dos políticos guardan una gran rivalidad política desde que en 2021 Arce se negó a implementar unos cambios exigidos por Morales en el Gobierno.
Sin embargo, Morales ha sido el único que no se ha unido a estas acusaciones y en su momento se limitó a condenar la asonada y a pedir al pueblo boliviano que saliese a las calles para defender la democracia del país. El Gobierno ha negado en todo momento que se tratase de un montaje.
El Gobierno de Bolivia sofocó en apenas tres horas el intento de golpe de Estado encabezado por el general Juan José Zúñiga, quien junto a unidades del Ejército había tomado la plaza de Murillo de La Paz, centro del poder político del país, para evitar que Morales pudiera presentarse a las elecciones, y había llegado a asegurar que «pronto» se formaría un nuevo gabinete.
Las autoridades ya han logrado detener a 17 personas, entre ellos el general Juan José Zúñiga y el vicealmirante Juan Arnez Salvador, las dos caras más visibles del amotinamiento, y que han sido acusados de terrorismo y de alzamiento armado contra la seguridad y soberanía del Estado.