Cecilia Eguiluz, quien ocupó el cargo de secretaria general de la Intendencia de Salto durante la administración de Germán Coutinho, está en el centro de una tormenta de críticas debido a la desastrosa gestión financiera que dejó a la comuna en ruinas. Durante su mandato, la intendencia acumuló una deuda masiva que resultó en la imposibilidad de pagar los salarios de los trabajadores municipales, además de acumular importantes deudas con proveedores. Esta situación llevó a una huelga sin precedentes por parte de la Asociación de Empleados y Obreros Municipales de Salto (Adeoms), paralizando servicios esenciales como la recolección de basura y el transporte urbano.
Eguiluz ha tratado de justificar su gestión, argumentando que las deudas se debieron a grandes inversiones en obras públicas y aumentos salariales. Sin embargo, esta explicación ha sido recibida con escepticismo y desdén. Muchos salteños se preguntan cómo una administración que se jactaba de ser un «ejemplo de gestión» pudo acabar con un déficit que superaba la mitad del presupuesto anual de la intendencia. La Junta Departamental estaba plenamente consciente de la situación financiera crítica, lo que agrava la responsabilidad compartida de Eguiluz y otros funcionarios.
Tras su cuestionada gestión en la Intendencia, Eguiluz se unió a Cabildo Abierto, donde fue recibida por el líder del partido, Guido Manini Ríos. Inicialmente, se barajó la posibilidad de que Eguiluz se postulara para la intendencia de Salto, pero esta opción fue descartada. Ahora, se rumorea que podría aspirar nuevamente a un escaño en la Cámara de Diputados. Durante su anterior período de cinco años en el Parlamento, Eguiluz no presentó proyectos significativos y mostró un desinterés evidente por los problemas de Salto, lo que genera una profunda preocupación entre los ciudadanos sobre su capacidad de gestión futura.
El regreso de Eguiluz a la política ha suscitado un temor justificado entre los salteños, quienes temen una repetición de los errores del pasado. La crisis financiera que dejó su gestión ha erosionado la confianza pública en la administración local. Con su nueva afiliación a Cabildo Abierto, Eguiluz intenta resurgir en la política, pero su historial de mala gestión y falta de resultados tangibles pone en duda su capacidad para liderar efectivamente. Su retorno no solo plantea interrogantes sobre su competencia, sino también sobre la credibilidad de Cabildo Abierto al acoger a una figura tan controvertida.
Los salteños, aun lidiando con las consecuencias de la desastrosa gestión de Eguiluz y Coutinho, observa con cautela y desconfianza su intento de regreso al escenario político. La pregunta que muchos se hacen es si Eguiluz será capaz de ofrecer algo diferente esta vez o si simplemente repetirá los mismos errores que llevaron a Salto a una de sus peores crisis financieras.