Fosfato de magnesio y sodio encontrado en muestras traídas de Bennu sugiere que este asteroide podría haberse desprendido de un antiguo, pequeño y primitivo mundo oceánico.
Los primeros análisis de las muestras transportadas hasta la Tierra por la misión OSIRIS-REx de la NASA han revelado polvo rico en carbono, nitrógeno y compuestos orgánicos, todos ellos componentes esenciales para la vida tal como la conocemos.
La muestra analizada, dominada por minerales arcillosos, en particular serpentina, refleja el tipo de roca que se encuentra en las dorsales oceánicas de la Tierra, según la investigación, publicada en la revista Meteoritics & Planetary Science,.
En cuando al fosfato, fue una sorpresa para el equipo porque el mineral no había sido detectado por la nave espacial OSIRIS-REx mientras estaba en Bennu.
Si bien se encontró un fosfato similar en la muestra del asteroide Ryugu entregada por la misión Hayabusa2 de la JAXA (Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón) en 2020, el fosfato de magnesio y sodio detectado en la muestra de Bennu destaca por su pureza (es decir, la falta de otros materiales incluidos en el mineral) y el tamaño de sus granos, algo sin precedentes en cualquier muestra de meteorito.
El hallazgo de fosfatos de magnesio y sodio en la muestra de Bennu plantea interrogantes sobre los procesos geoquímicos que concentraron estos elementos y proporciona pistas valiosas sobre las condiciones históricas de Bennu.
«La presencia y el estado de los fosfatos, junto con otros elementos y compuestos en Bennu, sugieren un pasado acuoso para el asteroide», dijo en un comunicado Dante Lauretta, coautor principal del artículo e investigador principal de OSIRIS-REx en la Universidad de Arizona, Tucson. «Bennu podría haber sido parte de un mundo más húmedo. Aunque esta hipótesis requiere más investigación».
«OSIRIS-REx nos dio exactamente lo que esperábamos: una gran muestra prístina de asteroide rica en nitrógeno y carbono de un mundo anteriormente húmedo», dijo Jason Dworkin, coautor del artículo y científico del proyecto OSIRIS-REx en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA.
El equipo ha confirmado que el asteroide es rico en carbono y nitrógeno. Estos elementos son cruciales para comprender los entornos en los que se originaron los materiales de Bennu y los procesos químicos que transformaron elementos simples en moléculas complejas, sentando potencialmente las bases para la vida en la Tierra.
«Estos hallazgos subrayan la importancia de recolectar y estudiar material de asteroides como Bennu, especialmente material de baja densidad que normalmente se quemaría al ingresar a la atmósfera de la Tierra», dijo Lauretta. «Este material es la clave para desentrañar los intrincados procesos de formación del sistema solar y la química prebiótica que podría haber contribuido al surgimiento de la vida en la Tierra».