La aparición de lesiones cutáneas durante el tratamiento del cáncer afecta física y emocionalmente a los pacientes.

El jefe clínico del Servicio de Dermatología del Instituto Valenciano de Oncología, Onofre Sanmartín, destacó que la aparición de lesiones cutáneas durante el tratamiento del cáncer conlleva una importante reducción en la calidad de vida de los pacientes. Estas lesiones generalmente no son fatales, pero su impacto afecta drásticamente la vida de los pacientes.

“”Hay varios motivos, en primer lugar por las molestias que provoca la aparición de una erupción que pica o es dolorosa, o una lesión ulcerosa. Por otro lado, la presencia de estas lesiones cutáneas, como la alopecia provocada por la quimioterapia, provoca un recordatorio constante de la enfermedad y una estigmatización del paciente, lo que además empeora su condición y afecta a su calidad de vida y a su estado físico y mental. Además, también encontramos las que llamamos lesiones graves que pueden ser inducidas por el tratamiento neoplásico y las mismas. Puede ser tan grave como la diarrea inducida por la quimioterapia»», explicó Sanmartín durante un ‘webinar’ sobre los cuidados y la importancia de la dermoestética en el tratamiento de pacientes con cáncer, organizado por el Instituto Superior de Formação em Saúde (ISFOS), con la colaboración de La Roche-Posay.

Se estima que uno de cada tres pacientes diagnosticados de cáncer tendrá una enfermedad de la piel. Desde el CGE señalan que las terapias oncológicas alteran drásticamente el sistema inmunológico de la barrera cutánea, dando lugar a numerosas reacciones relacionadas con la propia neoplasia, la situación de inmunosupresión en la que se encuentran los pacientes o, como ocurre con mayor frecuencia, se producen como una consecuencia de los tratamientos recibidos. Sin embargo, el cuidado de las lesiones cutáneas en procesos oncológicos ha sido tradicionalmente olvidado en el mundo de la oncología, a pesar de que para los pacientes supone un aspecto trascendental que les afecta no solo físicamente, sino también emocionalmente, condicionando su calidad de vida.

“Cada año se diagnostican más de 18 millones de nuevos casos de cáncer en el mundo y la previsión para 2040 es que esa cifra ascienda a 30 millones, equivalente a la población de un país como Perú. Gran parte de su metabolismo, por lo que los cuidados deben ser más específicos, donde la enfermera tiene mucho que aportar, tanto en el diagnóstico precoz como en el manejo. Por eso, es importante que, independientemente de nuestro campo de actividad, sepamos actuar. Afrontar este tipo de enfermedades para brindarles los cuidados que necesitan y educarlos para que sean autónomos»», afirmó la directora del ISFOS, Pilar Fernández.

TIPOS DE LESIONES

La evolución del tratamiento oncológico ha propiciado la aparición, además de la quimioterapia convencional, de nuevos fármacos, como las terapias antidiana o la inmunoterapia, que están provocando un gran número de diferentes tipos de lesiones cutáneas. Algo que, a su vez, anima a los profesionales sanitarios a formarse y mantenerse al día sobre nuevos tratamientos y sistemas de prevención.

“Cualquier erupción cutánea inducida por un agente neoplásico, si no se trata desde las fases iniciales o se previene adecuadamente, hará que la intensidad de la erupción sea tan grande que será necesario suspender el tratamiento antineoplásico, lo que redundará en una menor eficacia del tratamiento del cáncer»», destacó Sanmartín.

Cuando a un paciente se le diagnostica cáncer, su piel cambia, muta y se vuelve más seca. “Con los tratamientos futuros, sobre todo, lo que ocurre es una alteración de la barrera cutánea, lo que provoca una pérdida de agua transepidérmica, lo que hace que la piel esté mucho más seca. Además, las quimioterapias o radioterapias también destruyen las células epiteliales, lo que dificulta la reparación celular. El ciclo para este tipo de pacientes es mucho más largo de lo normal. Su renovación celular es más lenta y, por tanto, su piel se vuelve cada vez más fina y adquiere un tono amarillento, generando una piel que tiende a quebrarse, una piel apergaminada”, afirma el responsable nacional de Servicio de Oncología de La Roche Posay.

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