Un nuevo estudio muestra que los carboneros comunes y los herrerillos azules recuerdan lo que comieron en el pasado, dónde encontraron la comida y cuándo la encontraron.
En el primer experimento de este tipo en el que participaron animales salvajes, los carboneros comunes y los herrerillos azules demostraron una memoria «episódica» para hacer frente a los cambios en la disponibilidad de alimentos durante la búsqueda de alimento.
El mismo estudio puede sugerir que el hecho de que los humanos dejen semillas y nueces a disposición de los pájaros del jardín podría estar contribuyendo a la evolución de estos rasgos de la memoria.
La memoria episódica es un sistema de memoria que implica el recuerdo consciente de eventos experimentados personalmente. Muchos psicólogos creen que la memoria episódica es exclusiva de los humanos, pero cada vez hay más pruebas que sugieren que muchos animales no humanos poseen una memoria episódica.
Publicado en Current Biology, el estudio realizado por investigadores de la Universidad de Cambridge y la Universidad de East Anglia permitió a 94 carboneros comunes y azules salvajes participar en una serie de tareas de memoria. Estas tareas implicaban contenedores de comida automatizados y un nuevo programa de software que creaba experiencias únicas para cada ave y rastreaba el comportamiento de cada ave después de que formaban un recuerdo.
Los pájaros habían sido equipados previamente con etiquetas de seguimiento de radiofrecuencia únicas en sus patas para que cuando aterrizaran en la percha especial del comedero, este leyera su etiqueta y programas personalizados liberaran (o no liberaran) comida a través de una puerta electrónica, de acuerdo con reglas experimentales con eventos cronometrados únicos específicos para cada ave individual.
El experimento se centró en los herrerillos azules y los carboneros comunes en parte porque son recolectores oportunistas que se alimentan de una amplia gama de tipos de alimentos, y pueden beneficiarse de ser capaces de recordar detalles ecológicos de una sola experiencia, ya que esto permitiría una toma de decisiones flexible.
«Estos hallazgos proporcionan la primera evidencia de memoria episódica en la naturaleza y muestran que los herrerillos azules y los carboneros comunes tienen un sistema de memoria más flexible de lo que solíamos suponer», dijo en un comunicado el primer autor James Davies, del Laboratorio de Cognición Comparativa de la Universidad de Cambridge.
«Estudios previos sobre la memoria episódica han involucrado especies de aves de cerebro más grande, los córvidos, que esconden la comida. Este estudio se centra en aves de cerebro más pequeño y más generalistas que no esconden su comida. Nuestros hallazgos sugieren que estas aves son más inteligentes de lo que se les ha atribuido».