La nave espacial Orion integrada, que se utilizará para la misión tripulada Artemis II de la NASA en órbita alrededor de la Luna, ha estado pasando por las últimas rondas de pruebas y ensamblaje.
Entre los controles efectuados se incluye la verificación del rendimiento de extremo a extremo de sus subsistemas y la comprobación de fugas en sus sistemas de propulsión.
Una grúa de 30 toneladas devolvió a Orion a la recientemente renovada cámara de altitud, donde se sometió a pruebas electromagnéticas.
La nave espacial ahora se someterá a una serie de pruebas que la expondran a un entorno cercano al vacío al eliminar el aire, creando así un espacio donde la presión es extremadamente baja. Esto da como resultado que no haya atmósfera, similar a la que experimentará la nave espacial durante futuras misiones lunares, informa la NASA.
Los datos registrados durante estas pruebas se utilizarán para calificar la nave espacial para volar de manera segura con los astronautas de Artemis II a través del entorno extremo del espacio.
LANZAMIENTO EN 14 MESES
Para reforzar la seguridad del programa, la NASA decidió en enero pasado retrasar casi un año, hasta septiembre de 2025, la misión Artemis II, y dejó para 2026 la esperada misión Artemis III, que se había programado el año que viene, para llevar seres humanos al suelo del polo sur lunar.
La tripulación asignada para Artemis II está formada por tres astronautas de la NASA -Reid Wiseman como comandante, Victor Glober como piloto y Christina Koch como especialista de misión- y el canadiense Jeremy Hansen, como especialista de misión.