En concreto, las acciones de clase A de Grifols han cerrado la sesión de este lunes situadas en 9,862 euros, lo que supone un alza del 9,70% respecto a los 8,99 euros que registró al cierre del viernes.
En los primeros minutos de cotización sobre las 12.00 horas, después de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) decidiera suspender de negociación el valor, las acciones han llegado a tocar un máximo intradía de 10,805 euros (+20,19%), aunque finalmente la cotización se ha desinflado.
Las acciones de clase B, que no cotizan en el Ibex 35 sino en el Mercado Continuo, han cerrado la sesión situadas en 7,82 euros, lo que equivale a un incremento del 21,43% en comparación con los 6,42 euros observados al cierre del viernes. El máximo intradía al que han cotizado estos títulos ha sido de 8,20 euros (+27,73%).
El analista de XTB Joaquín Robles ha señalado que «el éxito de la operación dependerá de las condiciones de la oferta».
Según ha notificado la empresa, tanto los accionistas, familiares de Grifols como Brookfield han solicitado a la empresa un proceso de diligencias debidas (‘due diligence’) para estudiar una posible oferta pública de adquisición y excluir al valor de Bolsa.
A este respeto, el fondo ha decidido notificar posteriormente a la CNMV que ha mantenido «conversaciones exploratorias» con la familia Grifols mediante un acuerdo de exclusividad. Sin embargo, esto no implica que se haya tomado la decisión de lanzar una OPA ni tampoco garantía de que vaya a suceder.
Pese al notorio repunte en la cotización de las acciones que ha supuesto la noticia de una posible OPA, las acciones de clase A de Grifols acumulan una pérdida en Bolsa del 33,6% en lo que va de año, ya que antes de los informes de Gotham cotizaban entre los 14 y los 15 euros por acción.
La principal consecuencia del ataque del fondo bajista fue que la familia Grifols y la empresa del mismo nombre decidieron dejar sin funciones ejecutivas a Víctor Grifols Deu y Raimon Grifols Roura, pasando a ser consejeros dominicales.
Estos cambios se anunciaron en febrero con el fin de separar la gestión de la propiedad en la empresa. La transición culminó el 1 de abril, cuando Nacho Abia asumió las riendas de la empresa como consejero delegado.
El análisis que realizó la CNMV tras las acusaciones vertidas por Gotham concluyó que había «deficiencias relevantes» en las cuentas de Grifols, concretamente en el detalle y exactitud de los desgloses y notas explicativas que soportan las cifras. Sin embargo, el supervisor apuntó que no identificó «errores significativos» en los resultados, por lo que no fue necesario reformular los estados financieros.
«Es una compañía que sigue muy penalizada por su situación financiera, tiene un elevado endeudamiento y dificultades para obtener flujos de caja positivos. Además, durante las últimas semanas ha quedado de manifiesto la pérdida de credibilidad por parte de los inversores, ya que las emisiones de deuda para cubrir los vencimientos del próximo año han sido a unos tipos de interés muy por encima del mercado», ha enfatizado el analista de XTB Joaquín Robles.