Los líderes de la OTAN han acordado este miércoles aportar 40.000 millones de euros anuales para Ucrania, una medida propuesta por el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, y han anunciado la creación de un mecanismo con el objetivo de coordinar tanto el apoyo como el entrenamiento militar para Kiev.
«A través de contribuciones proporcionales, los aliados pretenden proporcionar una financiación mínima de 40.000 millones de euros durante el próximo año y proporcionar niveles sostenibles de asistencia de seguridad para que Ucrania triunfe», reza un comunicado de los líderes de la OTAN.
Asimismo, han subrayado que apoyan «plenamente el derecho de Ucrania a elegir sus propios acuerdos de seguridad y decidir su propio futuro, libre de interferencias externas». «El futuro de Ucrania está en la OTAN», han agregado.
Los líderes han reiterado que seguirán apoyando a Kiev «en su camino irreversible hacia la plena integración euroatlántica, incluyendo la membresía en la OTAN». «Reafirmamos que estaremos en condiciones de extender una invitación a Ucrania para unirse a la Alianza cuando los aliados estén de acuerdo y se cumplan las condiciones», han resaltado, en alusión al proceso de reformas basado en méritos que debe afrontar el país.
Por otro lado, han anunciado la creación de la llamada Asistencia de Seguridad y Entrenamiento (NSATU, por sus siglas en inglés) para coordinar el suministro de equipo militar y de entrenamiento para Kiev por parte de los aliados y los socios.
En el comunicado los líderes han celebrado que más de dos tercios de los aliados «hayan cumplido con su compromiso de gastar al menos el 2 por ciento del PIB anual en defensa». «Reafirmamos que, en muchos casos, será necesario un gasto superior al 2 por ciento del PIB para remediar las deficiencias existentes», han indicado.
MENCIONES A CHINA E IRÁN
Por otro lado, los líderes de la Alianza han señalado que «las acciones desestabilizadores de Irán afectan a la seguridad euroatlántica», mientras que «las ambiciones declaradas y las políticas coercitivas» de China siguen desafiando los intereses, la seguridad y los valores de la OTAN.
«La asociación estratégica cada vez más profunda entre Rusia y la República Popular China y sus intentos de socavar y remodelar el orden internacional basado en normas, que se refuerzan mutuamente, son motivo de profunda preocupación», han aseverado.
De la misma forma, los líderes de la Alianza, que cumple su 75 aniversario, han puesto el foco en las «amenazas híbridas, cibernéticas, espaciales y de otro tipo», así como en las «actividades maliciosas de actores estatales y no estatales».