Naciones Unidas ha afirmado este martes que hay «una alta probabilidad» de que el hospital infantil de Kiev recibiera un «impacto directo» de un misil disparado el lunes por el Ejército de Rusia y ha denunciado que se trata de «uno de los ataques más atroces» desde el inicio de la invasión en febrero de 2022.
La directora de la Misión de Observación de Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos en Ucrania (HRMMU, por sus siglas en inglés), Danielle Bell, ha indicado que «el análisis de las grabaciones de vídeo y las valoraciones hechas en el lugar del incidente indican una alta probabilidad de que el hospital infantil sufriera un impacto directo, en lugar de daños debido a un sistema de interceptación».
En este sentido, ha reseñado que «los factores sugieren la probabilidad de que fuera un misil aire-tierra Kh-101» y ha detallado que «los factores que sugieren que fue un impacto directo se basan en imágenes de video que muestran la especificación técnica del tipo de arma que se usó».
«Muestra el arma impactando directamente el hospital, en lugar de ser interceptada en el aire», ha especificado, antes de abundar en que el experto militar de la misión visitó el lugar y «observó daños en el lugar consistente con un impacto directo».
«Esto debe ser investigado», ha señalado Bell, quien ha hecho hincapié en que el centro Ojmatdit «es un hospital infantil especializado al que familias de todo el país llevan a los niños para que reciban tratamiento por enfermedades como el cáncer y enfermedades renales».
Así, ha especificado que en el momento del ataque había en el hospital cerca de 670 niños y más de un millar de trabajadores médicos. «El personal había trasladado a los niños a un búnker después de que sonaran las alarmas antiaéreas. De no ser así, la cifra de víctimas sería más alta», ha recalcado.
Bell ha afirmado que «la explosión destruyó el departamento de toxicología, donde los niños recibían diálisis minutos antes» y ha añadido que también se registraron daños «en los departamentos de cuidados intensivos, cirugía y oncología». «Más de 600 niños han sido trasladados a otros hospitales en Kiev y la provincia de Kiev», ha destacado.
Por su parte, la organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF) ha confirmado durante la jornada la finalización de las operaciones de rescate en el hospital tras el ataque, que dejó dos muertos y 32 heridos, entre ellos ocho niños.
«Cada vez más, nuestros equipos son testigos de ataques a infraestructuras civiles y médicas por parte de las fuerzas rusas en toda Ucrania, en ciudades y pueblos en primera línea del conflicto y en el interior del país. Se destruyen hospitales y se mata a pacientes y personal médico», ha dicho el coordinador de emergencias de la ONG en Ucrania, Christopher Stokes.
«Nuestros equipos conocen bien el hospital Ojmatdit de Kiev. Al principio del actual conflicto, MSF asistió al personal médico en los quirófanos e hizo formaciones a los fisioterapeutas», ha relatado. «Es inaceptable que los pacientes no puedan sentirse seguros y recibir tratamiento dentro de las paredes de un hospital», ha sostenido.
El Kremlin ha reiterado este mismo martes que Moscú no lleva a cabo ataques contra objetivos civiles en Ucrania y ha insistido en que «los bombardeos son llevados a cabo contra instalaciones de infraestructura crítica y objetivos militares que están relacionados de alguna forma con el potencial militar del régimen (ucraniano)».
El portavoz de la Presidencia rusa, Dimitri Peskov, se ha hecho eco así del comunicado publicado el lunes por el Ministerio de Defensa ruso y ha dicho que «descarta totalmente que hubiera ataques contra objetivos civiles» y ha abundado en que el análisis llevado a cabo por la cartera de Defensa «recalca que se trató de la caída de un misil antiaéreo» en el hospital infantil, versión rechazada por Ucrania.