El techo de la Biblioteca Municipal de Salto, en riesgo de colapsar, expone la negligencia y el encubrimiento de las autoridades municipales. Imagenes tomadas para Salto Al Día por Martin Cabrera.
El techo de vidrio de la Biblioteca Municipal de Salto está al borde del colapso, mientras la Intendencia y sus funcionarios intentan ocultar la grave situación.
La Biblioteca Municipal de Salto se ha convertido en una bomba de tiempo, y no por el conocimiento que alberga, sino por la negligencia crónica y la irresponsabilidad de la Intendencia y sus directores. Según fuentes confiables consultadas por Salto Al Día, el techo de vidrio, ubicado en la parte inferior del edificio de la ex ONDA, está a un paso de venirse abajo. Este peligro latente, resultado de años de abandono y falta de mantenimiento, pone en riesgo la vida de los cientos de personas que visitan este lugar público diariamente, incluyendo estudiantes y docentes de numerosas escuelas e instituciones.
El caos no se detiene ahí. Cuando Salto Al Día realizó un llamado para confirmar la gravedad de la situación, las funcionarias que se encontraban en la recepción de la biblioteca respondieron con una actitud alarmante: “Es de Salto Al Día, no vamos a dejar que nadie se entere”, habrían comentado. Esta respuesta no solo demuestra la complicidad en la ocultación del riesgo, sino también la total indiferencia hacia la seguridad pública. ¿Cómo es posible que un lugar destinado al aprendizaje y la cultura sea escenario de una posible tragedia?
Al parecer, las autoridades son conscientes del peligro que representa este techo de vidrio. Sin embargo, en lugar de tomar medidas inmediatas, la zona ha sido clausurada discretamente. Todo indica que, tras el informe adelantado por Salto Al Día sobre el deplorable estado de los museos, ahora intentan tapar el sol con un dedo, empezando con la biblioteca.
Lo más escandaloso de todo es que la reparación del techo podría hacerse con funcionarios municipales a un costo aproximado de 800.000 pesos uruguayos. Pero, según nuestras fuentes, estos funcionarios se niegan a trabajar en la obra por el riesgo de vida que corren, lo que obliga a considerar la contratación de una empresa privada, lo que inevitablemente aumentaría los costos. ¿Cuánto más está dispuesta a gastar la Intendencia en ocultar sus errores en lugar de solucionarlos de una vez?
Las funcionarias en la recepción de la biblioteca, lejos de alarmarse por la situación, prefirieron encubrirla: “Es de Salto Al Día, no vamos a dejar que nadie se entere”. Este tipo de actitudes es simplemente inaceptable y pone en evidencia el deplorable manejo de quienes están al frente del control y mantenimiento de las infraestructuras públicas en Salto.
El escándalo no termina aquí. Según nos informan, los funcionarios municipales están siendo presionados para no hablar sobre la situación, tras el gran malestar que causó la respuesta de Ferreira Pintos, coordinador de Cultura, a lo expresado por Cattani. El presidente del gremio Adeoms expresó su preocupación por la adjudicación irresponsable de culpas a los funcionarios, muchos de los cuales están ahora bajo sospecha injustamente.
Durante los últimos 10 años, la Intendencia, bajo el mando del Frente Amplio, ha mostrado una total desidia respecto al patrimonio histórico de Salto. La situación de la biblioteca es solo la punta del iceberg. En informes posteriores, Salto Al Día documentará el estado calamitoso en el que se encuentran los museos, edificios y demás infraestructuras bajo la gestión de las autoridades municipales. La irresponsabilidad y el mal manejo han sido la norma, mientras directores y cargos medios miran hacia otro lado, permitiendo que nuestro patrimonio se desmorone ante sus ojos.
Es hora de que los salteños conozcan la verdad. La negligencia no puede seguir siendo ocultada, y los responsables deben rendir cuentas antes de que sea demasiado tarde. La vida de los ciudadanos y el futuro de nuestro patrimonio están en juego.