Las declaraciones de Casola generan incertidumbre sobre el apoyo a Malaquina y el futuro del Partido Colorado en Salto.
La postura ambigua de Mariano Casola sobre apoyar a Malaquina refleja el riesgo de repetir errores que dieron el poder a Lima.
Esta postura no solo refleja una falta de compromiso claro con la propia fuerza política, sino que también revive los fantasmas del pasado reciente. No olvidemos cómo, en las elecciones anteriores, Germán Coutinho, al insistir con su candidatura, dividió el voto colorado, facilitando la reelección de Andrés Lima del Frente Amplio. Es como si el Partido Colorado no aprendiera de sus errores y continuara jugando con fuego, arriesgándose a repetir la historia y entregando nuevamente el gobierno a Lima.
Casola habló de apoyar a quien esté mejor preparado dentro de la coalición republicana, pero evitar comprometerse abiertamente con Malaquina, el candidato oficial, es un golpe a la credibilidad del Partido Colorado. Este tipo de indefinición no solo genera confusión entre los votantes colorados, sino que también transmite una imagen de desunión y falta de rumbo que podría pasar factura en las urnas.
En un momento en que el Partido Colorado necesita unidad y una estrategia clara para recuperar la Intendencia de Salto, la postura de Casola envía un mensaje contrario. Al no asegurar su respaldo a Malaquina, Casola y su sector están poniendo en juego la posibilidad de un triunfo colorado y, peor aún, arriesgando entregar la administración departamental al Frente Amplio una vez más. La historia ya nos mostró que la división del voto no beneficia a nadie más que a Lima y su proyecto de continuidad.
Es momento de que Casola y otros líderes de Vamos Salto definan con claridad su postura. No se trata solo de ganar una elección, sino de evitar que los errores del pasado vuelvan a repetirse. El Partido Colorado no puede darse el lujo de actuar con tibieza o indecisión si realmente quiere reconquistar la Intendencia de Salto. La falta de una dirección clara solo favorecerá a quienes ya han demostrado su capacidad para explotar las divisiones internas de sus rivales.