El mercado inmobiliario en Uruguay experimenta una desaceleración en transacciones y precios según el último informe.
El último informe de actividad inmobiliaria en Uruguay revela una disminución en las compraventas y una baja en los precios en Montevideo.
El mercado inmobiliario en Uruguay continúa mostrando signos de debilidad, con una clara disminución en la cantidad de transacciones y una baja en los precios en determinadas zonas del país. El reciente informe sobre los Indicadores de Actividad Inmobiliaria (IAI), correspondiente a los meses de mayo y junio de 2024, revela un panorama que enciende las alarmas sobre la estabilidad de este sector clave en la economía uruguaya.
En junio de 2024, la cantidad de transacciones de compraventa de propiedades disminuyó un 4,84% en comparación con el mes anterior, mientras que la variación anual refleja una caída del 4,22%. Esta disminución en la actividad inmobiliaria es motivo de preocupación, especialmente porque afecta tanto a grandes urbes como a zonas menos pobladas del país. En total, se registraron 4.290 nuevas altas de compraventa de propiedades en el país, de las cuales un 33,29% corresponden a Montevideo, un 17,60% a Canelones, un 14,62% a Maldonado y un 4,71% a Colonia. A pesar de ser las principales regiones, todas registraron caídas considerables en las operaciones.
En el análisis de la mediana de precios, la situación también refleja una tendencia negativa. Según el informe, en mayo de 2024, la mediana de los precios de las transacciones inmobiliarias en Montevideo sufrió una reducción del 0,77%, contrastando con el ligero aumento del 1,67% en el interior del país. Este comportamiento desigual entre la capital y las regiones refleja la fragilidad del mercado en las principales áreas metropolitanas, donde históricamente los precios han mostrado más estabilidad.
Los gráficos del informe ofrecen una visión clara de esta tendencia decreciente. En la evolución de la cantidad de inmuebles inscritos como compraventa desde enero de 2017 hasta junio de 2024, se observa una marcada fluctuación, con una tendencia descendente en los últimos meses. Esta baja se atribuye en parte a factores macroeconómicos, como la incertidumbre financiera y las dificultades para acceder a créditos hipotecarios.
Otro aspecto destacado es la baja en las cantidades de transacciones registradas en mayo de 2024, lo que sugiere una falta de dinamismo en el sector inmobiliario, a pesar de que históricamente mayo y junio suelen ser meses de alta actividad en la compraventa de inmuebles. La caída en las transacciones también afecta a las Reservas de Prioridad, que han experimentado una baja en su porcentaje, representando un 30% del total de transacciones en junio de 2024.
La situación genera inquietud entre los actores del sector, que enfrentan un escenario de volatilidad. Los expertos coinciden en que la baja en la cantidad de transacciones y en los precios, especialmente en Montevideo, es reflejo de la cautela con la que los compradores están actuando en el mercado inmobiliario. Con la mediana de los precios en Montevideo disminuyendo y las cantidades de transacciones en declive, la confianza en la estabilidad del mercado se ha visto mermada.
A nivel general, los datos recopilados por la Dirección General de Registros (DGR) subrayan la importancia de seguir de cerca los movimientos del mercado inmobiliario en Uruguay. Los datos metodológicos revelan que la mediana de los precios es una medida más precisa para evaluar la evolución del mercado, ya que evita distorsiones causadas por transacciones de alto valor, que inflarían los promedios.
En resumen, los indicadores del mercado inmobiliario en Uruguay muestran una desaceleración tanto en términos de transacciones como de precios, especialmente en Montevideo. La incertidumbre económica y las dificultades para acceder al financiamiento adecuado son factores clave que están impactando el comportamiento del mercado. Mientras tanto, los actores del sector inmobiliario deberán adaptarse a este entorno en constante cambio, donde la baja en las compraventas y la volatilidad de los precios podrían seguir marcando la pauta en los próximos meses.