La eficacia de la vacuna contra el rotavirus podría estar relacionada con la composición de la microbiota intestinal, según un estudio.
Investigadores descubren que ciertas bacterias intestinales influyen en la respuesta inmune a la vacuna contra el rotavirus en niños.
Un estudio realizado por investigadores del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad Estatal de Georgia ha revelado que la composición de las bacterias intestinales, conocidas como microbiota, podría jugar un papel crucial en la eficacia de la vacuna contra el rotavirus. El rotavirus es un virus que causa diarrea severa, vómitos, fiebre y dolor abdominal, principalmente en bebés y niños pequeños. Aunque las vacunas han demostrado ser efectivas en muchas regiones, su eficacia varía considerablemente en países de bajos ingresos.
El estudio, liderado por los doctores Vu L. Ngo y Andrew T. Gewirtz y publicado en la revista Cellular and Molecular Gastroenterology and Hepatology, sugiere que ciertas bacterias intestinales pueden reducir la efectividad de la vacuna. Los investigadores trasplantaron microbiomas de niños que habían mostrado una respuesta fuerte o mínima a la vacuna en ratones de laboratorio. Los resultados indicaron que los ratones con microbiomas de individuos que respondieron bien a la vacuna generaron una mayor cantidad de anticuerpos contra el rotavirus. En contraste, los ratones que recibieron microbiomas de individuos que no respondieron bien a la vacuna mostraron una menor respuesta inmune.
El análisis genético del microbioma reveló la presencia de Clostridium perfringens, una bacteria que podría estar asociada con la menor eficacia de la vacuna. Este hallazgo podría ayudar a entender por qué la vacuna contra el rotavirus no es igualmente efectiva en todas las poblaciones, abriendo la puerta a nuevas estrategias para mejorar la inmunización en áreas donde la efectividad es limitada.
Los investigadores concluyen que la microbiota intestinal es un factor determinante en la respuesta a la vacuna contra el rotavirus, lo que subraya la necesidad de considerar la microbiota en el desarrollo de estrategias de vacunación más efectivas.