Robo patrimonial en Salto: el Jefe de Policía no investigó mientras las evidencias se acumulan en los museos saqueados

Irregularidades y negligencia en museos de Salto destapan complicidades que permiten el saqueo del patrimonio cultural.

Las investigaciones sobre el robo en museos de Salto revelan complicidades y negligencias en la gestión del patrimonio cultural. FOTO/Ilustrativa.

El saqueo del patrimonio de Salto muestra irregularidades en los museos, negligencia oficial y complicidades que frenan la investigación.


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Mariana Morales
Por Mariana Morales
Periodista
La investigación del robo de piezas en los museos de Salto ha destapado un entramado de negligencia, complicidades e irregularidades que ponen en jaque la gestión del patrimonio cultural de la ciudad. A pesar de las afirmaciones de las autoridades de que la falta de inventarios ha obstaculizado la pesquisa, documentos recientes cuentan otra historia.

Según se informa, la Junta Departamental de Salto otorgó acceso al Profesor José Buslón a una vasta y detallada documentación sobre los robos en los museos locales. Buslón se encuentra actualmente en pleno análisis de estos registros, los cuales no solo documentan los objetos desaparecidos, sino que también desnudan un rosario de situaciones irregulares que facilitaron los robos.

Cabe destacadar que si bien permitieron a Buslón acceder a los archivos y actuaciones, las imagenes y todo elemento ilustrativo, estará a cargo del profesor ya que nada le ha sido entregado lo que demuestra, el escaso interés de las autoridades en que se sepa la verdad.

El Jefe de Policía de ese entonces Julio Rodriguez, había señalado en su momento que la investigación se complicaba por la falta de un inventario de las piezas del museo, argumentando que la carencia de esta información impedía determinar cuántos y cuáles objetos faltaban. Sin embargo, las nuevas pruebas contradicen estas declaraciones oficiales, mostrando que sí existía un registro considerable de las piezas, pero que no fue utilizado eficazmente para prevenir el robo.

Irregularidades internas y complicidades

Los documentos analizados por Buslón revelan un panorama alarmante: menores infractores del INAU involucrados en robos de piezas y objetos históricos, e incluso utilizando armas robadas del Museo Histórico para jugar al tiro al blanco. Además, se ha señalado que varios funcionarios contaban con permisos irregulares que les permitían sacar piezas sin pasar por los trámites formales. Esta falta de control interno facilitó que el patrimonio cultural de Salto se viera severamente afectado.

Las irregularidades no terminan ahí. Según lo expuesto, algunos miembros de la comisión investigadora mostraron señales de fatiga y desinterés, prefiriendo no seguir adelante con las pesquisas debido a fuertes discusiones internas sobre el alcance de su rol. Esto debilitó aún más la capacidad de respuesta ante el robo y dejó la investigación prácticamente en punto muerto.

Obstáculos y encubrimientos políticos

El proceso de esclarecimiento de los hechos se ha topado no solo con fallos administrativos, sino también con un fuerte blindaje político. Se señala que sectores del Frente Amplio, específicamente del ala de Regino López y Gustavo Chiriff, estarían protegiendo a individuos implicados en los robos, evitando que se llame a sala a quienes podrían tener información clave sobre los saqueos, como Marcelo Cattani.

A pesar de que se esperaba un accionar contundente por parte de las autoridades, la Intendencia de Salto respondió con evasivas ante los pedidos de informes realizados por Buslón, solicitando prórrogas y argumentando no estar lista para dar respuestas, lo que siembra dudas sobre la seriedad y voluntad política de resolver este escándalo patrimonial.

Un robo silencioso: el modus operandi del saqueo

Las piezas desaparecieron de los museos mediante lo que se describe como un "robo hormiga", una modalidad que permitió la sustracción paulatina de objetos sin levantar sospechas. Se especula que la complicidad interna y la falta de controles fueron elementos clave para que este saqueo pasara inadvertido durante tanto tiempo.

Lo más preocupante es que algunos de los funcionarios interrogados en su momento ya han fallecido, y otros continúan cumpliendo funciones en los museos, e incluso en cargos jerárquicos. Hasta la fecha, no se han presentado inventarios actualizados que sirvan para proteger el acervo museístico, lo que deja la puerta abierta para que las piezas sigan desapareciendo sin que nadie lo note o pueda verificarlo.

Un patrimonio en riesgo y una investigación estancada

La situación en los museos de Salto es alarmante y refleja una falta de seriedad en la gestión y preservación del patrimonio cultural. Mientras las investigaciones continúan en manos de Buslón, los documentos siguen revelando irregularidades que comprometen no solo la recuperación de las piezas robadas, sino también la credibilidad de las instituciones encargadas de protegerlas.

Salto Al Día ha estado siguiendo de cerca el proceso de investigación, destacando la falta de respuesta de la Junta Departamental para avanzar en la identificación de los responsables. Aunque existen evidencias de un operativo bien organizado para el saqueo de las piezas, los obstáculos políticos y la falta de voluntad para depurar las responsabilidades están frenando cualquier avance significativo.

"Este caso ha puesto en evidencia no solo la vulnerabilidad del patrimonio cultural de Salto, sino también las profundas falencias en los mecanismos de control y la supervisión de los bienes culturales", señalaron las fuentes consultadas por Salto Al Día.

A todo esto y teniendo en cuenta que si no existe un cambio en la actitud de las autoridades y una revisión exhaustiva de los procedimientos internos, el saqueo del patrimonio cultural de Salto podría continuar siendo una herida abierta en la memoria histórica del país.

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