Jubilado de Salto enfrenta una situación crítica tras descubrir descuentos de su cuenta sin justificación y con falta de respuestas claras.
Un jubilado en Salto acusa al Banco República de descontarle 90.000 pesos en cuotas y de exigirle dinero para obtener explicaciones.
Un jubilado de 80 años en Salto, José Lanzieri, ha manifestado su profunda indignación tras descubrir que el banco le quiere descontar casi 90.000 pesos de su cuenta, distribuidos en 40 cuotas. El desconcierto y la frustración crecen cuando intenta obtener un detalle de estos descuentos, ya que el banco le exige el pago de 10 dólares para proporcionarle la información que, como ciudadano y cliente, debería recibir sin costo.
“¿Cómo puede ser que, después de trabajar toda la vida, me descuenten esta plata sin ninguna explicación clara? ¡Es una burla! No me alcanza ni para vivir y ahora me vienen con esto”, señaló Lanzieri con visible enojo.
El jubilado ha sido categórico al expresar que su situación económica es insostenible. Vive con una jubilación de apenas 8.900 pesos mensuales, un monto que, según él, es insuficiente para cubrir sus necesidades básicas. “¿Cómo quieren que viva con esa plata? Los precios suben cada día. Un kilo de cebolla hoy vale 45 pesos, mañana 100, y nadie hace nada”, declaró.
Pero eso no es todo. Lanzieri también carga contra el sistema político y financiero, asegurando que los jubilados y la clase media son los más afectados por la falta de control y regulación. “Este país está descontrolado. ¡Nos exprimen con impuestos y tarifas, y nadie da la cara! Y lo peor es que hay gente que nunca trabajó, ganando 50.000 pesos al mes solo por estar en política. ¡Es una vergüenza!”, exclamó, haciendo referencia a lo que considera un abuso por parte de las autoridades.
A pesar de su enojo, Lanzieri no es el único jubilado en esta situación. Según él, muchos otros enfrentan problemas similares, pero el miedo a reclamar y la resignación parecen haberse apoderado de buena parte de la población. “La gente no va a las manifestaciones, no reclama, tienen miedo de que les pase algo. Es como si estuviéramos atrapados en una cárcel invisible”, dijo con amargura.
La indignación del jubilado no termina ahí. Para él, la clase media, a la que dice pertenecer, ha sido la columna vertebral del país, pero hoy se siente abandonada y despreciada por quienes deberían protegerla. “Trabajamos toda la vida, aportamos, y ahora nos pagan así. ¡Es inadmisible!”.