La policía de Tacuarembó capturó al joven de 21 años tras el asesinato del comunicador Pablo Ponce; llevaba ropa manchada de sangre.
Un joven con antecedentes asesinó a golpes a Pablo Ponce en un bar; intentó huir a Montevideo sin cambiarse la ropa ensangrentada.
Un brutal asesinato sacudió a Tacuarembó cuando un joven de 21 años fue imputado por la muerte de Pablo Javier Ponce, un reconocido comunicador de 41 años. Ponce, conocido por su trabajo en programas deportivos en Radio Zorrilla de San Martín, fue asesinado a golpes en el bar donde trabajaba y vivía. Según fuentes judiciales, el joven entró al local con la intención de robar la recaudación del día, pero Ponce se resistió, lo que desató una violenta pelea.
El homicida, en medio del forcejeo, golpeó repetidamente a Ponce en la cabeza con un fierro, causándole heridas graves que resultaron en su muerte casi inmediata. Tras cometer el crimen, el joven intentó fugarse hacia Montevideo con $30.000 que había sustraído del lugar, pero fue capturado antes de lograr su escape. Cuando la policía lo detuvo, aún vestía la misma ropa con la que había matado a Ponce, manchada de sangre, lo que incriminó aún más al agresor.
Lo que agrava aún más la situación es el oscuro pasado del joven, quien a los 15 años ya había sido condenado por un asesinato a puñaladas, cumpliendo cinco años de reclusión en un centro del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa). Este historial delictivo, junto con el reciente homicidio, despierta preocupación en la comunidad y plantea serios interrogantes sobre la reincidencia de jóvenes en actos de violencia extrema.
El caso conmocionó a la sociedad tacuaremboense, que se encuentra indignada y consternada por la pérdida de un comunicador querido y respetado. Ponce era una figura familiar en el ámbito de la radio local, y su trágica muerte en manos de un joven con un historial violento ha desatado un profundo debate sobre la seguridad y la rehabilitación de quienes reinciden en el delito.