Policía y vecinos atentos tras el choque del camión y los destrozos en una institución pública en Salto.
La rutina en Salto se vio alterada: un camión chocó contra una vivienda y, en otro punto, una institución pública apareció con destrozos.
Los policías llegaron al toque y se pusieron a hablar con el conductor, un hombre de 31 años que, entre los nervios, explicaba lo que había pasado. La dueña de la casa, una señora de 61 años, estaba todavía con el susto en el cuerpo, pero por suerte no hubo heridos. Los vecinos, que escucharon el golpe, salieron a ver qué pasaba y se quedaron comentando lo que veían: un camión que parecía haber cobrado vida propia y se había mandado el mamarracho del día.
Mientras la policía tomaba datos y trataba de calmar los ánimos, la señora radicó la denuncia por los daños, y el conductor se quedó ahí, viendo cómo se resolvía todo el lío. “Estas cosas pasan en un segundo, uno no se lo espera”, decía un vecino mientras miraba el desparramo.
Pero la cosa no terminó ahí. Más tarde, en la zona de Silvestre Blanco e Invernizzi, la policía volvió a ser convocada, esta vez por daños en una institución pública. Resulta que la empresa de seguridad que vigila el lugar había detectado ventanas y puertas rotas, lo que hizo saltar las alarmas de todos. Cuando llegaron, se encontraron con las roturas, pero sin rastros de robo.
La directora del lugar se presentó y revisó todo, confirmando que, aunque no faltaba nada, los daños eran evidentes. No dudó en hacer la denuncia por el destrozo y la policía quedó encargada de revisar qué había pasado y si había cámaras que pudieran dar alguna pista. Los vecinos se acercaban de a poco, preguntando qué había pasado, y el rumor corría rápido de boca en boca.
Entre el camión rebelde y los destrozos en la institución, Salto tuvo un día que no pasó desapercibido. Los dos incidentes dejaron a los vecinos comentando en las esquinas, con esa mezcla de sorpresa y un poco de bronca porque nadie quiere que estas cosas pasen en su barrio. La respuesta de la policía fue rápida, y por suerte, en ninguno de los episodios hubo heridos, aunque el susto no se lo quita nadie.