Tragedia en San José: hijo de 43 años mata a su madre de 76 en un nuevo caso de violencia familiar

Un hijo de 43 años mató a su madre de 76 años en San José, el tercer caso de matricidio en una semana en Uruguay..

Policía investiga en la vivienda de San José donde una mujer fue asesinada por su propio hijo en un caso de violencia familiar.

Una mujer fue asesinada a golpes en su casa; el hijo fue detenido con pruebas que lo vinculan al crimen.

Matricidio, San José, violencia familiar, asesinato, crimen.

En San José de Mayo, una de esas historias que nadie quiere escuchar volvió a estremecer a la comunidad. Una mujer de 76 años, llena de años y con una vida seguramente marcada por mil historias, fue encontrada sin vida en su casa este jueves. El principal sospechoso es su propio hijo, un hombre de 43 años, que ahora enfrenta la Justicia por un hecho que duele más allá de lo imaginable.

Todo empezó cuando una vecina, que notó algo raro, decidió asomarse a la casa. Al entrar, se encontró con una escena que no se borra fácilmente: la señora estaba en el baño, sin sentido y con un fuerte sangrado. De inmediato, la vecina, desesperada, llamó al 911. La respuesta fue rápida; los policías y una ambulancia llegaron enseguida, pero ya era tarde. La mujer no logró sobrevivir a las heridas causadas por brutales golpes en la cabeza.

Los oficiales que revisaron el lugar encontraron en la casa del fondo al hijo de la víctima, quien no supo cómo explicar lo que había pasado. En su ropero, escondido pero delatador, estaba el barrote de hierro ensangrentado, junto con ropa manchada que no dejaba mucho lugar a dudas. Las pruebas científicas confirmaron lo peor: la sangre pertenecía a su madre.

La Policía detuvo al hombre, y ahora está en manos de la Justicia, mientras los vecinos no salen del asombro ni de la tristeza. No es el primer caso de este tipo en los últimos días. La semana pasada, un joven en Pando también fue arrestado por matar a su madre a puñaladas, y otro hecho similar ocurrió en Malvín Norte, donde el hijo de una mujer de 76 años es el principal sospechoso.

Lo más triste de estas tragedias es que reflejan una violencia que se cocina en silencio, en las propias casas, donde los problemas de adicción, las peleas y las tensiones terminan explotando de la peor manera. El dolor de estas familias queda como una marca difícil de borrar, y la comunidad solo puede mirar con incredulidad, preguntándose cómo se llegó a esto.