Paro docente de 48 horas desafía al gobierno a días de las elecciones

Fenapes convoca un paro docente de 48 horas justo en el día de las elecciones nacionales para denunciar la reforma educativa y los recortes del gobierno. Autoridades califican la medida como "terrorismo" que perjudica a los estudiantes y marca el clima electoral con tensión.

Protesta docente desafía las políticas educativas y la reducción presupuestaria en pleno escenario electoral. Foto: Gastón Britos / FocoUy

La huelga docente, programada para el día de las elecciones, rechaza los recortes y la reforma educativa mientras el gobierno critica su impacto.

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El sindicato de profesores de Secundaria (Fenapes) ha decidido levantar la voz en un “paro político” de 48 horas, fijado para el 15 y 16 de octubre, en una fecha cargada de significado, a solo dos semanas de las elecciones nacionales. Los docentes denuncian que los "recortes" aplicados por el gobierno y la Transformación Educativa impulsada por la coalición gobernante han afectado a alumnos y docentes por igual. 

"Queremos decirles a los estudiantes y las familias que se les está vulnerando sistemáticamente su derecho a la educación", expresó José Olivera, vicepresidente de Fenapes, quien rechazó las acusaciones de que esta medida sea un respaldo directo al Frente Amplio. Para él, este es un acto contra el "proyecto ideológico" de la coalición de gobierno, que ha generado tensiones desde que asumieron el poder. La reforma educativa, dice Olivera, se ha construido sobre la base de un "recorte presupuestal" desde 2020 de unos "US$ 300 millones", una cifra que las autoridades niegan. Según el gremio, el impacto de estos recortes lo ha sufrido, en primera instancia, la educación secundaria.

La reacción del gobierno fue rápida y contundente. Para el director nacional de Educación, Gonzalo Baroni, el paro es un acto de "terrorismo" que afecta a los sectores más vulnerables. “En un país donde la culminación de la enseñanza obligatoria lamentablemente está concentrada en poblaciones más favorecidas, la medida termina siendo terrorismo a los que más lo necesitan”, sostuvo Baroni. Sus palabras resonaron como una crítica al accionar sindical y a la elección del momento, tan cercano al proceso electoral. "Que sea este mes, a tan poco de un proceso eleccionario, solo refuerza la mala imagen que tienen algunos actores sindicales", afirmó.

El ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, se sumó a las críticas, apuntando directamente al gremio. Desde su perspectiva, Fenapes está “trabajando en contra de la calidad educativa y de la igualdad de oportunidades". En su declaración, el ministro dejó claro que, en su opinión, la medida del sindicato es más un obstáculo para los estudiantes y sus familias que una defensa de sus derechos. 

Por su parte, el ex presidente de la ANEP y candidato a la vicepresidencia por el Partido Colorado, Robert Silva, también expresó su indignación. Recordó cómo "los mismos que no se cansaron de militar el caos en pandemia" ahora llaman a un paro en defensa de la educación, mientras que, según él, "lo que hacen es perjudicar a miles de estudiantes y sus familias". Para Silva, la acción del gremio no es solo política, sino "partidaria", un movimiento que busca atacar al gobierno actual y favorecer al Frente Amplio. "El 15 y el 16 se abren todos los liceos, todos a clase, porque un día menos de educación es un día menos de oportunidades", insistió, mostrando la postura del sector que defiende la reforma.

Desde Fenapes, sin embargo, la posición es clara: su lucha es contra lo que consideran un daño sistemático al sistema educativo. A un año de haber denunciado que la reforma "no puede avanzar ni un gramo, ni un milímetro", José Olivera subraya que este paro es un mensaje directo para rechazar las medidas del gobierno. Para el sindicato, el recorte presupuestal ha significado una carga demasiado pesada para la educación secundaria, mientras que el gobierno asegura que la verdadera amenaza a la igualdad de oportunidades proviene de este tipo de movilizaciones.

El cruce de palabras y las tensiones encienden la polémica en el ámbito educativo, con las familias y los estudiantes en el centro de la tormenta. Mientras Fenapes intenta evidenciar lo que llaman un ataque a la educación pública, las autoridades insisten en que medidas como el paro no solo refuerzan divisiones, sino que también perjudican a quienes más necesitan de una educación sólida y continua.