Diputada elegida genera controversia al atribuir un accidente a efectos de la vacunación, suscitando debate sobre las vacunas y su impacto.
Las polémicas declaraciones de Nicolle Salle responsabilizan a la vacunación por un accidente, generando un encendido debate en redes y medios.
En medio de un clima social y político ya de por sí agitado, Nicolle Salle, diputada electa por Maldonado y representante de Identidad Soberana, ha sacudido la escena mediática con una serie de declaraciones que rápidamente captaron la atención pública. La joven legisladora no solo sigue los pasos de su padre, Gustavo Salle, en su postura abiertamente antivacunas, sino que, además, ha señalado con convicción de que la vacunación contra el COVID-19 es la causa de diversas problemáticas de salud, atribuyéndole incluso el reciente accidente de un ómnibus en la playa de Pocitos.
Salle, hija del reconocido abogado y futuro legislador por Montevideo, expresó en redes sociales que “quienes se inocularon son bombas de tiempo”. Según sus palabras, “esta es la triste nueva normalidad. Han destruido la salud de billones de personas, y ahora hay que lidiar con las consecuencias”.
Las declaraciones, realizadas apenas un día antes de las elecciones, encendieron la controversia y elevaron el perfil de la nueva diputada, quien no ha mostrado reparos en mantener su postura pública. En el próximo febrero, cuando asuma su banca en la Cámara de Representantes, todo indica que esta línea de pensamiento será parte de su discurso parlamentario.
Una postura compartida y un discurso familiar.
Las ideas de Nicolle Salle se enmarcan en una serie de afirmaciones que su padre, Gustavo Salle, ha sostenido durante años. Identidad Soberana, el movimiento político que ambos representan, se caracteriza por una retórica centrada en la crítica a las políticas sanitarias implementadas a raíz de la pandemia. Para Gustavo Salle, la vacunación masiva representa “el peor genocidio de la humanidad”, una afirmación que se ha repetido en diversas ocasiones en los últimos años, y que ahora parece resonar con fuerza en su hija.
Desde el inicio de la pandemia, Gustavo Salle ha sido uno de los voces más enfáticos contra las campañas de vacunación. En sus discursos, ha señalado que estas medidas no solo fueron innecesarias, sino que representaron un riesgo para la salud pública. Nicolle Salle, en línea con estas ideas, ha manifestado que las vacunas “no tienen efectos inmunitarios”, afirmación que contradice el consenso científico, pero que se encuentra eco en un segmento de la población uruguaya desconfiado de las políticas sanitarias.
El accidente en Pocitos y las implicaciones de la acusación
El comentario de Nicolle Salle, que vincula la vacunación con el accidente de un ómnibus en Pocitos, ha sido ampliamente discutido en redes y medios de comunicación. La diputada elegida insinuó que las personas vacunadas están experimentando problemas de salud que afectan su capacidad de llevar una vida normal, un argumento que empleó para adjudicar el incidente al impacto de la inmunización.
Este tipo de declaraciones han generado reacciones divididas en la opinión pública. Para algunos sectores, Salle representa una voz valiente que se atreve a cuestionar políticas de alto impacto. Para otros, sus comentarios son irresponsables y carentes de fundamento. La comunidad científica y el Ministerio de Salud Pública han insistido en que las vacunas contra el COVID-19 pasaron por rigurosos controles de seguridad y que los beneficios superan ampliamente cualquier posible efecto adverso.
Un debate que anticipa tensiones en el Parlamento
Con su llegada a la Cámara de Representantes, Nicolle Salle promete sostener una postura crítica que probablemente se convertirá en un punto de tensión dentro del recinto. Su retórica, que abiertamente desafiaba el consenso científico, podría abrir debates controvertidos sobre el papel del Estado en la gestión sanitaria y el derecho a la información veraz en temas de salud pública.
El posicionamiento de Salle forma parte de una estrategia que desafiaba la narrativa oficial y pretende captar la atención de un electorado desconfiado de las instituciones. Sin embargo, esta estrategia conlleva riesgos. Las declaraciones de Salle podrían desinformar a ciertos sectores de la población y alimentar un clima de polarización social. Algunos analistas consideran que este tipo de discurso representa una forma de capitalizar la desconfianza en las vacunas y en las políticas de salud implementadas durante la pandemia, algo que, según sostienen, podría traer consecuencias negativas a nivel de la salud pública.
¿Libertad de expresión o irresponsabilidad?
En una democracia, las voces disidentes son fundamentales para el debate plural, pero en temas de salud pública, las afirmaciones infundadas pueden tener efectos reales en la percepción ciudadana y, eventualmente, en la toma de decisiones. Las declaraciones de Salle generan preguntas sobre hasta dónde llega la libertad de expresión en el ámbito político, especialmente cuando se trata de temas que impactan en la salud y seguridad de la población.
El próximo febrero, Nicolle Salle asumirá su banca y, con ella, la responsabilidad de representar a una parte de la ciudadanía. Mientras tanto, la polémica generada por sus declaraciones sigue vigente, y es probable que se intensifique a medida que se acerque su incorporación al Parlamento.
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