Proponen eliminar el billete de 100 dólares: Kenneth Rogoff impulsa un cambio radical en la política monetaria global

Kenneth Rogoff propone eliminar el billete de 100 dólares para combatir la economía sumergida y facilitar la política monetaria de los bancos centrale

La propuesta de eliminar el billete de 100 dólares busca frenar actividades ilícitas y dar mayor control a los bancos centrales sobre la economía global.

La propuesta de eliminar los billetes de alta denominación podría redefinir la economía y afectar cómo manejamos el dinero físico en el futuro cercano.

Recientemente, la vieja controversia sobre si se deben o no usar billetes en la economía estadounidense vio algo de luz, especialmente en lo que concierne al billete de cien dólares. En un reciente artículo publicado en "Numismatic News", Richard Giedroyc compiló las ideas de un propuesto antisociales lanzada por el economista de Harvard Kenneth Rogoff: Suprime la emisión de billetes de alta denominación, empezando por el de 100 dólares.

Los billetes grandes no sólo actúan como medios de pago sino que también contribuyen a actividades fuera de la ley a gran escala, como el lavado de dinero o la economía sumergida, según Rogoff. Aunque la mayor parte de los billetes de 100 dólares están probablemente en circulación en el extranjero aún queda suficiente oro en estas tierras para que cada ciudadano albergue en su bolsillo 55 de ellos, lo que cual invita a reflexión sobre su auténtico uso.

Entonces, ¿Por qué propone Rogoff una medida tan drástica? Rogoff, que no solo tiene el título de economista sino también ha sido gran ajedrecista, emplea una metáfora ajedrecística para explicar con claridad: el efectivo restringe las palabras de acción de los bancos centrales. Allí estriba el verdadero sentido de hacer efectivo digital la base de la economía. Si los bancos usan dinero digital, sus políticas podrían llegar a ser más agresivas tal como tasas de interés negativas. Esto sería imposible hacer en el actual paradigma solo de efectivo.

Otra razón a considerar acerca del por qué quedarán en monedas pequeñas aquellos billetes de cien dólares es que las personas tienen resistencia a gastar dinero muy grande. Este diagnóstico llamado "efecto deposición" es un sesgo cognitivo que han estudiado con detenimiento académicos como Helen Colby de la Universidad de Indiana. Según sus conclusiones, la gente siente menos deseo de gastar un billete de cien dólares que una cantidad equivalente en billetes de menor valor facial como cinco billetes de veinte dólares. Este fenómeno aparentemente insignificante tiene profundas implicaciones para la gestión de nuestras finanzas.

Rogoff no es el único en su intento de eliminar el efectivo. En su libro de 2016 The Curse of Cash: vio caída del uso de moneda, argumentó cómo el papel moneda facilita actividades ilegales y perjudica la política monetaria. El primer paso, dice, sería eliminar el billete de cien dólares. Luego el de cincuenta y después el de veinte, hasta que todas las denominaciones grandes desaparecieran del mercado y sólo quedaran billetes pequeños en circulación.

Sin embargo, su propuesta también tiene opositores. Algunos, como Giedroyc, sugieren que en lugar de eliminar los billetes grandes, Estados Unidos debería introducir denominaciones más grandes en su lugar, como por ejemplo un billete de quinientos dólares. Estos críticos sostienen que una mayor versatilidad en el uso del efectivo ofrecería soluciones alternativas a problemas como la inflación, es decir, permitir a la gente hacer transacciones en efectivo de gran volumen sin depender del sistema bancario.

En tercer lugar, la falsificación. El billete de cien dólares ha sido blanco de frecuentes intentos de falsificación. Esto incluye China y Corea del Norte, que han producido versiones extremadamente sofisticadas del billete sino que se conocen como "supernotas" o "superbilletes". Estos billetes pueden seguir en circulación durante más de diez años, lo que plantea aún más cuestiones acerca de su uso indebido.

Este debate sobre la eliminación del efectivo es muy serio y tiene incidencia no solo en el desenvolvimiento económico, sino a la vez recae en los temas de privacidad y libertad individuales. Al hacer propaganda a favor del dinero en efectivo, muchos apuntan que es una forma de transacción no controlada o registrada por el gobierno o corporaciones multinacionales--de ahí su tramposa independencia financiera. Eliminarlo engendraría por cierto cambios en profesional sentir que los ciudadanos mantienen con el sistema financiero.

La propuesta de descartar el billete de cien dólares, planteada por Michael S. Ro-goff, ha de enmarcarse en el contexto general: la economía global y concomitante digitalización financiera. Si bien hay fuerza en sus argumentos, también hay razones para la prudencia. El efectivo ha sido una pieza fundamental de transacciones humanas durante siglos, y retirarlo podría alterar profundamente la dinámica económica general y la vida social. Lo que está claro es que este debate no ha concluido y las decisiones al respecto tendrán un alcance más allá de los números meramente contables en un balance bancario.

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