La incertidumbre social y deportiva rodea el partido, con bajas importantes y tensiones internas que afectan la preparación de ambos equipos.(Foto de Alfredo López/LatinContent vía Getty Images)
Con bajas sensibles y un país en estado de emergencia, Perú busca recuperarse mientras Uruguay intenta recomponer la convivencia interna antes del partido.
Mientras se prepara el enfrentamiento entre Perú y Uruguay para cerrar la novena fecha de las Eliminatorias Sudamericanas, la tensión no solo está en la cancha. El país incaico vive una realidad complicada, tanto en lo futbolístico como en lo social, lo que ha generado incertidumbre sobre la disputa del encuentro.
Por un lado, la Celeste llega en un momento de turbulencia interna. Luis Suárez, uno de los referentes del equipo, encendió la polémica tras realizar declaraciones sobre su relación con el entrenador Marcelo Bielsa, lo que obligó a una reunión entre los principales jugadores y el cuerpo técnico en la previa del partido. Esta situación no hace más que agregar un nuevo elemento de tensión en un equipo que, por momentos, parece desestabilizado.
Por otro lado, Perú no se queda atrás. El entrenador Jorge Fossati ha dejado fuera a figuras importantes como Paolo Guerrero y Christian Cueva, mientras que varios jugadores claves como Gianluca Lapadula y Renato Tapia han quedado fuera por lesiones. Para colmo, Luis Advíncula, que estaba previsto para el once inicial, probablemente tampoco llegue al partido debido a problemas en su tendón de Aquiles. Con todo esto, Perú se encuentra último en la tabla de posiciones de la Conmebol, un reflejo de su difícil situación.
Un país en crisis fuera de la cancha
Pero la situación en Perú va más allá del fútbol. Catorce distritos han sido declarados en estado de emergencia por la creciente ola de delincuencia, lo que ha dejado en vilo a la población. Para empeorar el panorama, un paro de transportistas que comienza el 10 de octubre y que durará 72 horas, ha encendido las alarmas sobre el posible impacto que esto tendría en el partido. Muchos hinchas ya se preguntan si podrán llegar al estadio y si las autoridades mantendrán el evento sin modificaciones.
La Federación Peruana de Fútbol aseguró que hasta el momento no hay indicaciones de que el paro afecte al partido. “Todo sigue según lo previsto”, afirmaron. Sin embargo, no descartan que las cosas puedan cambiar si la situación se agrava.
Una atmósfera cargada de incertidumbre
A pesar de estas declaraciones tranquilizadoras, los hinchas peruanos se mantienen atentos a las novedades. Se espera una concurrencia de 35.000 personas en el Estadio Nacional de Lima, pero con las dificultades para desplazarse, es incierto si el número de asistentes será el previsto.
Lo que está claro es que tanto Perú como Uruguay enfrentan más que un partido de fútbol. En ambos lados, la tensión, los problemas internos y las circunstancias externas crearán una atmósfera pesada sobre el césped. Si bien el resultado es importante para la clasificación al Mundial, la verdadera batalla podría estar ocurriendo lejos del campo, en las calles de Lima y en las cabezas de los jugadores.