Los residentes solicitan mejoras en servicios básicos y una respuesta ante aumentos impositivos desproporcionados.
Vecinos de barrios de Salto exigen una respuesta a sus reclamos por incrementos en impuestos y ausencia de servicios básicos que afectan su calidad de vida.
En una muestra de creciente descontento, la Comisión Vecinal de Arenitas Blancas y Villa Maguey ha hecho llegar al edil nacionalista Facundo Marziotte una carta detallando las dificultades que enfrentan con el incremento de tributos y la falta de servicios en la zona. Los vecinos no solo enfrentan una carga fiscal más alta que en el centro de la ciudad, sino que también carecen de servicios básicos que justifiquen dichos costos.
“Lo que hicimos es solicitarle a la Comisión de Legislación de la Junta que sea el nexo entre los vecinos y el Intendente de Salto, para que se atienda la situación”, expresó Marziotte en un comunicado. “Esto no es más que una muestra de lo que pasa en Salto, que es una Intendencia ausente”, agregó, haciendo eco del malestar ciudadano por la percepción de una administración que parece estar distante de las necesidades locales.
La carta enviada por los vecinos es contundente y señala la inequidad en el aumento de la Contribución Inmobiliaria. Mientras que los residentes de la zona centro solo experimentaron un incremento del 4%, en Arenitas Blancas y Villa Maguey el aumento fue del 11% debido a la implementación de contenedores de basura. Sin embargo, estos contenedores, junto con el público alumbrado y el servicio de barrido, son, según los vecinos, ineficientes y de mala calidad. “El alumbrado público es carísimo y estamos literalmente en penumbras durante la noche”, afirman, destacando la inseguridad que esto conlleva.
La indignación no se detiene ahí; los vecinos también critican que estén pagando por el “barrido de calles” cuando estos son de tierra, una ironía que refleja el desorden en la gestión de la zona. La situación se agrava con el cambio de la Línea 7 de ómnibus, que antes era municipal y ahora ha sido sustituida por una empresa privada que cubre solo la mitad del recorrido original, obligando a los usuarios a pagar dos boletos por un trasbordo.
Los residentes aseguran que tienen una larga lista de quejas acumuladas por la ineficiencia de la Intendencia y esperan, al menos, una respuesta a sus demandas en esta ocasión. La solicitud de los vecinos no es excesiva: solo quieren un trato justo y que los servicios que se les cobra reflejan verdaderamente una mejora en su calidad de vida.
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