Boreal en Salto: el millonario remate que dejó un rastro de deudas y promesas incumplidas

El remate de la planta Boreal dejó preguntas sobre el futuro del concurso, las deudas millonarias y las responsabilidades de los administradores.

El remate de una planta modelo marca el inicio de un proceso complejo, con deudas millonarias y responsabilidades aún por definirse.

El remate marcó un nuevo capítulo para Boreal, la planta modelo que no logró despegar. Deudas, conflictos legales y futuro incierto para los acreedores.


Remate millonario en Salto: la caída de una planta modelo y las deudas pendientes

La noticia retumbó en el norte del país este martes 26 de noviembre: la planta de Boreal, empresa conocida formalmente como Ignapin SA, fue rematada por un millón de dólares. Este monto, apenas una fracción de los 15 millones que costó construir las instalaciones, cierra un capítulo turbulento en la historia de la que alguna vez fue presentada como la mayor planta de secado de cannabis medicinal de América Latina.

Un sueño que se desmorona

Corría el año 2020. Con bombos y platillos, Boreal inauguraba sus instalaciones en medio de la pandemia, en un evento que contó incluso con la presencia del presidente Luis Lacalle Pou. La empresa, impulsada principalmente por capital canadiense, prometía revolucionar la industria del cannabis medicinal en Uruguay, proyectando una capacidad de procesamiento de 20 toneladas diarias y la creación de hasta 1.000 empleos directos e indirectos.

Sin embargo, la realidad fue otra. En su mejor momento, la planta no llegó a emplear más de 400 personas. A mediados de 2023, los empleados recibieron un mensaje frío y lapidario por WhatsApp: todos estaban despedidos. Poco después, la empresa se declaró en concurso, dejando tras de sí un rastro de deudas millonarias y promesas rotas.

El remate: ¿una solución o un parche?

La oferta por la planta, que incluyó los inmuebles y el equipamiento, fue realizada por un representante del sector, según confirmó el síndico Carlos López. Sin embargo, este millón de dólares está muy lejos de los 4,5 millones que la empresa adeuda y, más aún, de los 15 millones invertidos originalmente en el proyecto.

Entre los principales acreedores se encuentran los proveedores que participaron en la construcción de la planta y los trabajadores despedidos. Según López, el dinero del remate se destinará a un plan de distribución para comenzar a saldar las deudas. Pero con un déficit de 3,5 millones de dólares aún pendiente, la incertidumbre reina.

¿Un concurso culpable?

El síndico presentó un informe en el que califica la situación como un “concurso culpable”. Esto implica que, según las pruebas recabadas, hubo omisiones o acciones por parte de los administradores que agravaron la crisis financiera de Boreal. En caso de que el juez acepte este informe, las responsabilidades podrían recaer en los administradores de la empresa, quienes tendrían que cubrir el déficit.

Uno de los principales administradores era Gonzalo Aguiar, un empresario uruguayo cuyo nombre ya había quedado en el centro de la polémica tras denuncias por parte de los inversores canadienses. Aguiar falleció en febrero de este año, y la principal acusada por su muerte es su expareja. De confirmarse la culpabilidad del concurso, la deuda podría trasladarse a los herederos del empresario.

El futuro incierto de Boreal

El remate de la planta pone fin a un proceso lleno de tropiezos, pero no cierra todas las heridas. Las preguntas persisten: ¿qué pasará con las deudas que aún quedan por pagar? ¿Qué impacto tendrá este caso en la confianza de futuros inversores extranjeros en Uruguay?

Lo que queda claro es que la historia de Boreal es un recordatorio del delicado equilibrio entre la innovación, la gestión empresarial y el cumplimiento de las expectativas. Como dirían algunos, no todo lo que brilla es oro, ni todo lo prometido llega a ser realidad.

¿Cómo sigue? La pelota está ahora en la cancha del juez de concurso, quien tendrá la última palabra sobre las responsabilidades y el destino de los millones aún en juego.


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