Un siniestro fatal en la ruta subraya los peligros que enfrentan los ciclistas y llama a mejorar la seguridad para todos en la vía pública.
La trágica muerte de un adolescente en un accidente de tránsito ha generado un fuerte reclamo por seguridad en las rutas, mientras la fiscalía investiga lo ocurrido.
La noche del viernes, una tragedia marcó un antes y un después en Artigas cuando un adolescente de apenas 15 años murió en un accidente de tránsito en la ruta 30, en el kilómetro 125. Eran las 20:15 horas cuando la fatalidad lo alcanzó: mientras circulaba en bicicleta por esa ruta, en el mismo sentido que una camioneta que lo arrolló. Dentro del vehículo viajaban cuatro hombres, y aunque ellos resultaron ilesos, el joven perdió la vida en el lugar, dejando un profundo dolor en su familia y en todo el entorno local.
Según el informe policial, el conductor, de 47 años, fue sometido a un control de espirometría que dio resultado negativo. No había alcohol en su sangre, y eso, aunque se aclare una parte de lo ocurrido, no alivia el impacto de esta tragedia ni la necesidad de analizar a fondo lo que sucedió. Ahora, la Fiscalía Letrada Departamental de Artigas, bajo la dirección de la Dra. Sabrina Masaferro, lleva adelante la investigación. El conductor, por disposición de la fiscalía, fue emplazado, aunque todavía no se ha fijado una fecha de audiencia. La familia del adolescente y sus amigos piden respuestas y, sobre todo, justicia para entender cómo un simple paseo en bicicleta terminó en una tragedia.
Este tipo de accidente, lamentablemente, no es nuevo en Uruguay. En el país, los siniestros viales son una de las principales causas de muerte entre jóvenes y adolescentes. Y si bien la ruta 30, como muchas otras, es transitada regularmente, muchos de sus tramos no cuentan con la infraestructura adecuada para quienes van en bicicleta o a pie. Las rutas nacionales suelen ser un lugar peligroso para ciclistas, sobre todo en áreas rurales. Sin carriles dedicados o zonas protegidas, compartir el camino con vehículos pesados se convierte en un riesgo constante.
La muerte de este joven reabre un debate que afecta no solo a Artigas, sino a todo Uruguay. ¿Qué más se necesita para proteger a quienes usan bicicletas como medio de transporte? Las voces se multiplican en reclamo de cambios urgentes, de una educación vial que valore la vida de todos y de una normativa que contemple la seguridad de los ciclistas y peatones en las rutas. Sin cambios estructurales y sin una cultura vial que respeta a cada usuario, cada kilómetro recorrido será un riesgo, sobre todo para los más jóvenes y vulnerables.
Mientras la investigación avanza, el dolor de esta familia y de los allegados de Artigas sigue ahí, un recordatorio de que la seguridad en las rutas es tan frágil como la vida misma. Todos esperan que, con el tiempo, la justicia aclare lo que ocurrió y que se tomen medidas concretas para que tragedias como esta no se repitan.
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