El esposo de la víctima del accidente de Cutcsa promete cumplir sus sueños mientras la investigación avanza y el caso genera debate.
Miguel Tejera, esposo de Karina Dafonte, fallecida en el siniestro de Cutcsa, busca cumplir los deseos de ella mientras el caso sigue en investigación.
El sábado 26 de octubre, un ómnibus de la empresa Cutcsa protagonizó un accidente en la Rambla de Pocitos, terminando en la orilla de la playa tras atravesar el murallón y la arena. Karina Dafonte, de 55 años, estaba a bordo y sobrevivió inicialmente al siniestro, pero su historia tuvo un desenlace fatal: tras días de lucha en el CTI de la Médica Uruguaya, falleció el sábado siguiente a causa de complicaciones que sobrevinieron a sus heridas.
Miguel Tejera, su esposo, agradeció públicamente el apoyo recibido durante esos días difíciles. Con voz entrecortada, Miguel expresó su gratitud a familiares, amigos y compañeros de trabajo que lo acompañaron en el proceso de despedida. “Quería agradecer a mi familia que estuvo conmigo, a la familia de ella, a mis compañeros de trabajo y amigos que estuvieron en todo momento”, dijo ante los medios. En medio del dolor, recordó el deseo de Karina de alcanzar su jubilación y disfrutar de la vida junto a él, algo que tristemente no podrá cumplir. “Ella lo único que quería era jubilarse…”, lamentó. Miguel se comprometió a “cumplir todos los deseos de ella”, una promesa que lo mantiene firme en su duelo.
Una de esas promesas tiene que ver con la compra de un terreno, un sueño que ambos compartían. Tejera reveló que planea terminar de pagar la propiedad y firmar todo en honor a Karina, aunque sea tarde. “Cuando termine de pagar, pienso firmar y cumplir la promesa, tarde”, señaló, conmovido.
Respecto al accidente y las acciones legales, Miguel explicó que ahora es el abogado quien se encargará de lo que sigue. “Está todo en sus manos; puse toda mi confianza en él”, comentó, refiriéndose al letrado Leonardo Narancio, quien los representa en el caso.
Una vida simple, dedicada al trabajo y al futuro
Karina Dafonte, quien no tenía hijos y vivía en Solymar junto a Miguel, había encontrado hacía tres meses un trabajo temporal como portera en un edificio de Pocitos. Iba allí dos veces por semana y ese sábado, como siempre, tomó la línea 121 de Cutcsa para llegar a su lugar de trabajo. Con un perfil trabajador y sencillo, Karina tenía sus proyectos a futuro; la compra del terreno y su jubilación eran parte de sus planes, pero ese último viaje se tornó fatal.
Según relató su abogado, Leonardo Narancio, el ómnibus en el que viajaba Karina rompió el murallón de la Rambla a gran velocidad, se desvió sobre la arena y terminó en la orilla de la playa. El impacto le fracturó la rodilla, rompiéndole los tendones y afectando una arteria. Durante esos momentos de horror, su herida se llenó de arena, complicando aún más su estado de salud.
Pese a la gravedad de sus lesiones, Karina estuvo lúcida por momentos y logró relatarle a su esposo detalles cruciales del accidente. Le contó que el chofer estaba consciente al momento del impacto y que conducía a una velocidad considerable. Algunos pasajeros incluso se pararon para hablar con él, pidiéndole que frenara. Estos testimonios fueron corroborados posteriormente por otros ocupantes del ómnibus, y las imágenes del interior del vehículo que circularon en redes mostraron parte de esos momentos críticos.
Complicaciones médicas y el último adiós
Karina fue trasladada de inmediato a la Médica Uruguaya, donde ingresó con heridas severas. Durante la semana siguiente al accidente, los médicos hicieron todo lo posible por estabilizarla, pero la situación empeoró. De acuerdo con el relato de su abogado, una infección bacteriana se sumó a sus complicaciones. La noche del viernes, los médicos decidieron intervenir quirúrgicamente para amputarle la pierna, pero el estado de Karina ya era extremadamente delicado. A las 08:10 del sábado siguiente, su lucha llegó a su fin.
El caso de Karina Dafonte ha dejado un profundo impacto en todos quienes conocieron su historia. Su esposo, Miguel, se enfrenta ahora al dolor de una pérdida inesperada y repentina, a la vez que intenta cumplir con los planes y sueños que compartían. Consciente de que la justicia deberá hacer su parte, confía en que la investigación logre esclarecer los motivos y las posibles responsabilidades del siniestro que truncó los planes de su esposa.
Reflexión y búsqueda de justicia
Este accidente ha reabierto la discusión en torno a la seguridad en el transporte público y las condiciones de trabajo de los conductores. Los pasajeros a bordo dieron testimonios que, junto a las imágenes del ómnibus, reflejan momentos de angustia y alerta sobre la conducta del chofer. Miguel y quienes apoyan su causa esperan que el proceso judicial no solo traiga justicia para Karina, sino que también impulse mejoras que puedan evitar tragedias similares.
El recuerdo de Karina queda ahora como una inspiración para Miguel, quien, conmovido pero determinado, seguirá adelante para honrar su memoria. Su promesa de cumplir los deseos de ella, incluyendo la compra del terreno que tanto anhelaban, es un recordatorio de los sueños truncados y de la importancia de una investigación exhaustiva en busca de respuestas.
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