Fallecido en Punta Colorada era soldado del Ejército, murió electrocutado en instalación de piscina

Tragedia laboral exponen la precariedad en trabajos informales. Investigan las responsabilidades en el caso de un trabajador fallecido.

Equipos de emergencia y autoridades examinan el lugar del accidente mientras continúan las investigaciones sobre el trágico incidente.

La muerte de un trabajador electrocutado en plena instalación cuestiona la seguridad laboral en empleos informales, donde muchos arriesgan su vida para ingresos complementarios.


En  Punta Colorada, en Maldonado, un trágico accidente laboral ha sacudido la tranquilidad del balneario. Este sábado, pasadas las 16:20 horas, una llamada al Servicio de Emergencias 911 alertó sobre una siniestro en la Avenida de los Eucaliptus, donde un hombre de 35 años, que realizaba tareas de instalación, murió electrocutado. El trabajador estaba desempeñando esta tarea fuera de su empleo habitual en el Ejército, y su muerte plantea incógnitas sobre la seguridad y las condiciones de quienes, por necesidad, buscan ingresos adicionales en otros sectores.

Llegaron al lugar rápidamente efectivos policiales como una unidad de emergencia médica, que lamentablemente solo pudo confirmar el fallecimiento. Sin embargo, el caso tiene un trasfondo que ha puesto a las autoridades en estado de alerta: según fuentes del Ministerio de Defensa, la víctima era un soldado que había decidido tomar este trabajo por su cuenta, al margen de sus obligaciones militares. Este detalle, lejos de ser anecdótico, abre una serie de preguntas sobre las condiciones y la seguridad de los trabajadores que ejercen fuera de sus empleos formales.

La investigación ha quedado en manos del fiscal de Maldonado, Jorge Vaz, quien, con la mayor diligencia, comenzó el domingo a interrogar a los compañeros de trabajo del fallecido. Uno de los puntos clave que busca aclarar la fiscalía es si el trabajador actuaba de forma completamente independiente o si había sido contratado, de alguna manera, por una empresa de instalaciones. Esto no es menor, ya que el hallazgo de una contratación podría derivar en responsabilidades legales adicionales.

Este tipo de incidentes laborales no son aislados y remiten a situaciones similares documentadas en el pasado, en las que personal del Ejército participó en trabajos para el sector privado. En 2022, se expuso una investigación que, entre 1997 y 2016, se destinó a soldados para realizar trabajos de instalación de piscinas para la empresa Akesse. Las denuncias de entonces generaron un revuelo en la opinión pública y plantearon el debate sobre los límites de las actividades extralaborales en el Ejército.

A diferencia de aquellos tiempos, donde había una especie de vínculo entre la institución y la empresa privada, el caso actual parece estar en un terreno más ambiguo, donde el trabajador se aventuró a buscar una oportunidad adicional de forma independiente. Sin embargo, el trágico final plantea la pregunta: ¿cuántos otros trabajadores, por necesidad, asumen riesgos que podrían ser prevenidos con una regulación adecuada?

Para la comunidad local, esta muerte no solo es una tragedia personal sino también un recordatorio doloroso de los peligros inherentes a la búsqueda de ingresos en contextos informales. Con la economía en un momento delicado, el pluriempleo se convierte en una opción para muchos, pero es también un campo donde la seguridad y la estabilidad laboral quedan en una zona gris. Este accidente en Punta Colorada abre una puerta a una conversación necesaria sobre las condiciones laborales y la protección de quienes se ven empujados a buscar trabajo más allá de su jornada habitual.

Mientras avanza la investigación, las autoridades deberán examinar las circunstancias exactas de la muerte, incluyendo la infraestructura y el protocolo de seguridad en el lugar del siniestro. En un país donde la seguridad laboral se construye sobre derechos conquistados, la posibilidad de que un trabajador muera electrocutado en un empleo independiente es algo que causa una profunda inquietud y una exigencia de respuestas.

Las próximas semanas serán cruciales para el desarrollo de esta investigación. El fiscal Vaz continúa interrogando a testigos y recopilando pruebas, mientras la comunidad de Maldonado sigue de cerca el caso, con la esperanza de que la tragedia no sea en vano y que, a partir de esta pérdida, surjan nuevas reflexiones y regulaciones que aseguren condiciones. dignas y seguras para todos los trabajadores, sin importar dónde o cómo ejerzan sus labores.


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