Conmemoración histórica que destaca los 268 años de una ciudad que combina tradición, cultura y crecimiento económico
A 268 años de su fundación, Salto rememora sus raíces y su transformación, de un asentamiento militar a un centro de cultura y tradición rioplatense.
La ciudad de Salto, en este 8 de noviembre de 2024, celebra 268 años desde el inicio de un proceso fundacional que marcó su historia y su identidad. En esta fecha, en 1756, José Joaquín de Viana, entonces gobernador de Montevideo, estableció un pequeño asentamiento militar en Salto Chico, cerca del río Uruguay. Este primer emplazamiento de fortines y galpones no solo fue el puntapié de la presencia española en el norte uruguayo, sino que también sentó las bases para lo que hoy es una ciudad llena de vida y tradición.
Un origen multifacético
Sin embargo, el origen de Salto sigue siendo un tema de interés y debate entre los historiadores. La interpretación más extendida apunta al asentamiento de 1756 como el hito fundacional, pero algunos especialistas sugieren que la ciudad realmente tomó forma durante la invasión luso-brasileña de 1817. En aquel entonces, las tropas portuguesas establecieron un campamento que, con el paso del tiempo, ayudó a consolidar una pequeña comunidad. Este enfoque sugiere que la creación de Salto fue un proceso gradual, nutrido por distintas ocupaciones y asentamientos a lo largo de los años.
De fuerte militar a ciudad dinámica
Con el paso del tiempo, Salto dejó atrás su función inicial de puesto militar estratégico y fue transformándose en un centro vibrante de actividad económica y cultural. Su ubicación junto al río Uruguay y frente a Concordia, Argentina, resultó clave para su desarrollo. Este emplazamiento favoreció tanto el intercambio comercial como cultural con Argentina, dando a Salto un carácter binacional único, en el que las tradiciones y costumbres rioplatenses se entremezclan.
Hoy, Salto es reconocida por sus termas, que atraen cada año a miles de visitantes. Además, la región se destaca por su actividad agrícola, especialmente en la producción de cítricos y otros cultivos que encuentran en este suelo las condiciones perfectas para su crecimiento. La riqueza de su tierra y su historia han convertido a Salto en un símbolo del norte uruguayo, un lugar en el que la identidad local se fortalece año tras año.
Salto: una ciudad con historia y futuro
A más de dos siglos y medio de aquel primer asentamiento en 1756, Salto sigue siendo un testimonio de la resiliencia y la capacidad de adaptación de sus habitantes. Con un patrimonio cultural vibrante, una economía en expansión y un futuro prometedor, esta ciudad se mantiene como un símbolo de la identidad uruguaya y un faro de tradición en el litoral del país.
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