El visible deterioro de infraestructura y espacios públicos refleja años de abandono y una gestión que ha fallado en su compromiso.
Una administración de diez años sin mejoras visibles ha dejado a Salto en un estado deplorable. Los ciudadanos cuestionan las promesas incumplidas y la falta de respuestas
Las promesas de desarrollo y modernización que sonaron tan convincentes en campaña quedaron en palabras vacías. Cada rincón de Salto revela una cruda realidad: calles intransitables, caminos rurales destruidos, un zoológico que es un cementerio de promesas rotas y espacios públicos que han sido totalmente abandonados. ¿Así luce la ciudad “en progreso” que nos prometieron?
Y lo peor de todo es que ni siquiera nuestras joyas turísticas se salvan. Las termas de Daymán y Arapey, que alguna vez fueron motivo de orgullo, hoy están en un estado deplorable. Instalaciones deterioradas, falta de servicios, y una imagen que espanta a los turistas en lugar de atraerlos. En lugar de ver estos centros como motores económicos que podrían generar empleos, la administración parece haber optado por dejarlos en ruinas. Cada vez que un visitante llega a estos lugares, lo que encuentra es un reflejo de una administración que simplemente no cumple.
Si hablamos de promesas vacías, el fracaso de la modernización del aeropuerto es el ejemplo perfecto. El ex presidente de la Comisión Técnica Mixta (CTM), el Dr. Carlos Albisu, junto al gobierno nacional, gestionaron este proyecto para devolverle a Salto su potencial de crecimiento. ¿Y la respuesta de la administración local? Promesas de bituminización y de iluminación de la avenida Solari, que serán “el comienzo de un nuevo Salto”. Hoy, esa avenida es una boca de lobo. No solo exponen a los pasajeros del aeropuerto a la inseguridad de un trayecto oscuro y peligroso, sino que también afecta a empresas que operan en la zona, empresas que pagan sus impuestos y que tienen derecho a una ruta digna y segura. ¿Por qué el intendente permite que algo tan básico como la seguridad de los salteños y los visitantes quede en el olvido?
Por si fuera poco, el estado de la economía local no es mejor. Según el último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE), Salto tiene una tasa de desempleo del 8,3%, una tasa de actividad del 64,5% y una tasa de empleo del 59,1%. Pero estos números son solo una parte del problema. ¿Cómo puede mejorar el empleo si la infraestructura está en ruinas, los centros turísticos no atraen visitantes, y las promesas de desarrollo no son más que fantasmas? Los salteños ven una y otra vez cómo su dinero se desvanece sin que su calidad de vida mejore.
Para muchos, la situación es clara y brutal: mientras las calles se desmoronan y los espacios públicos son arrasados por el abandono, el dinero de los salteños va a parar a los bolsillos de los amigos del poder. No es un secreto que una gran parte del presupuesto se destina a pagar sueldos de allegados políticos, mientras la ciudad se hunde en el descubierto. ¿Para qué? ¿Para mantener una élite política mientras la comunidad sufre las consecuencias de una administración incompetente y ciega?
Pero lo más desgarrador de todo es ver cómo, pese a esta decadencia, el Frente Amplio sigue ganando elecciones en Salto. ¿Cómo? Apoyados por un pequeño grupo de simpatizantes a quienes, según se rumorea, se les ha amenazado con quitarles sus terrenos y viviendas. Es evidente que los triunfos de la izquierda en Salto dependen de un sector de la población marginada, un sector que, desesperado por trabajo y una vida digna, confía ciegamente en promesas que nunca se cumplen. El Frente Amplio ha hecho mella en el voto de los más necesitados, aprovechándose de sus esperanzas y, en última instancia, traicionándolos.
Los salteños no están pidiendo milagros. Lo único que esperan es ver una administración que cumpla con lo básico, que rinda cuentas y que respete el esfuerzo de los que sostienen esta ciudad con su trabajo diario. Es hora de que las autoridades dejan de lado los discursos vacíos y responden a una pregunta urgente y dolorosa: ¿dónde está el dinero de los salteños?
Esta ciudad necesita una administración comprometida con su gente y no con los intereses de una élite política.
Descarga nuestra app para acceder a Salto al Día en tu móvil:
Descargar App (ZIP)