Siniestro de Cutcsa: jóvenes revelan el silencio del chofer y la incertidumbre en los momentos previos al impacto

Víctimas de siniestro en ómnibus de Cutcsa declaran su angustia y falta de respuestas del chofer antes del impacto.

Los pasajeros del siniestro detallan los momentos de angustia vividos ante la inacción del conductor, quien no atendió sus pedidos de auxilio

Los jóvenes describieron el descenso descontrolado del ómnibus, la inacción del chofer y las secuelas emocionales y físicas que les dejó el accidente.


Este martes a las 9:00 de la mañana, en la Prefectura de Trouville, declararon los dos jóvenes que se vieron involucrados en el fatídico accidente del ómnibus de Cutcsa en Playa Pocitos. Los mismos que, en los videos difundidos por redes, intentaron en repetidas ocasiones interactuar con el chofer en los tensos momentos previos al siniestro. Una declaración que abre un nuevo capítulo en un caso que tiene en vilo a la opinión pública y que no deja de acumular detalles desgarradores.

Con gesto sombrío, el abogado Rafael Silva, representante de estos jóvenes y de otros seis pasajeros, compartió ante la prensa algunos de los puntos más contundentes del testimonio de sus defendidos. "Ellos tenían plena consciencia de que el ómnibus estaba fuera de control, en descenso y a contramano. Pero lo más perturbador fue la respuesta —o la falta de ella— del chofer ante sus desesperados pedidos de auxilio", explicó Silva. Según relataron los jóvenes, el conductor no ofreció respuesta coherente alguna a sus súplicas de detener el vehículo, sumiéndolos en una angustia y un desconcierto absoluto. No sabían cuándo ni contra qué iban a estrellarse, pero tenían claro que el desenlace podía ser fatal.

Silva no dudó en remarcar la importancia de estas declaraciones iniciales y la urgencia de avanzar en el esclarecimiento de lo ocurrido. "Tendremos que escuchar algún día lo que tiene para decir el chofer", manifestó, dejando entrever la incógnita sobre el papel del conductor y sus posibles explicaciones ante lo sucedido. Mientras tanto, los testimonios de los jóvenes no solo narran el caos de ese momento de incertidumbre, sino que también revelan las lesiones físicas que sufrieron en el impacto, detallando cada secuela que dejó el accidente en sus vidas.

El abogado fue categórico al señalar que este es solo el comienzo de un proceso que requerirá una investigación meticulosa. "Estamos en una fase preliminar, y cada prueba, cada detalle que se sume será fundamental para garantizar justicia en este caso. No se trata solo de la cantidad de pruebas que podamos reunir, sino de la calidad y de su capacidad para sostener la verdad", afirmó Silva, subrayando la necesidad de un procedimiento judicial riguroso que responda a la magnitud de este trágico evento.

El caso, que ya ha alcanzado una notable visibilidad en los medios y que genera interés masivo, enfrenta además el desafío de la recuperación emocional de las víctimas. Según Silva, la semana pasada los jóvenes no se encontraban en condiciones de testificar debido a la intensa carga emocional que aún los afecta. "Hoy dieron un primer paso en busca de justicia", señaló el abogado, consciente de que el impacto psicológico del accidente es tan profundo como las lesiones físicas. Las secuelas de aquel momento de terror siguen presentes, y tomará tiempo lograr una recuperación integral.

El accidente, ocurrido el 26 de octubre y que involucró a ocho pasajeros, ha encendido las alarmas sobre la seguridad en el transporte público de Montevideo. La imagen del ómnibus descontrolado, sin respuesta del conductor y con pasajeros desesperados, plantea serias preguntas sobre los protocolos y controles que se implementan para proteger a los usuarios del sistema. Silva subrayó que esta causa no solo implica justicia para sus clientes, sino que también representa un mensaje urgente a las autoridades y a la sociedad.

Para el abogado, el rigor y la objetividad en la recolección de evidencias son imperativos. "La solidez de cada prueba es fundamental para el futuro de la causa. Las víctimas y sus familias merecen respuestas claras y una justicia que esté a la altura de este caso", manifestó. La investigación debe, en su opinión, avanzar con una exhaustividad que despeje cualquier sombra de duda y permita que el sistema judicial brinde una resolución adecuada a la gravedad del siniestro.

Mientras tanto, la comunidad sigue de cerca cada paso de la investigación, expectante por conocer la verdad detrás de este trágico accidente. Las familias de las víctimas y los propios pasajeros observan con ansiedad el desarrollo del caso, conscientes de que cada nueva revelación podría arrojar luz sobre una tragedia que, hasta hoy, sigue rodeada de preguntas.


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