Un momento clave en la historia de la democracia y los derechos de las mujeres, consolidando el voto femenino en la esfera pública.
El 11 de noviembre de 1951, las mujeres uruguayas votaron en elecciones nacionales por primera vez, un hito que transformó la democracia y abrió el camino hacia la igualdad
El 11 de noviembre de 1951 es, sin duda, una de las fechas más significativas en la historia moderna de Uruguay. Ese domingo , las mujeres uruguayas acudieron por primera vez a las urnas en unas elecciones nacionales, ejerciendo un derecho que hasta entonces les había sido negado. Este acontecimiento, que puede parecer cotidiano en tiempos actuales, fue el resultado de décadas de lucha y perseverancia por parte de quienes soñaban con una sociedad más justa e inclusiva. Para muchas, fue la culminación de años de demandas y reclamos, un triunfo que resonó como un grito de igualdad y dignidad en la historia de la nación.
A principios del siglo XX, la sociedad uruguaya comenzaba a abrir los ojos a la idea de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Si bien Uruguay fue pionero en la región al reconocer el divorcio en 1907 y promulgar una ley de igualdad civil en 1919, el derecho al sufragio femenino no era aún una realidad. Las voces de mujeres como Paulina Luisi, médica y defensora incansable de los derechos de la mujer, fueron fundamentales en esta lucha, enfrentándose a una cultura arraigada en valores tradicionales que relegaba a la mujer a un rol secundario en la vida política y social.
Tras varios intentos y años de activismo constante, el derecho al voto femenino fue finalmente reconocido en Uruguay en 1932, un paso histórico que permitiría a las mujeres votar en elecciones municipales. Sin embargo, la participación en elecciones nacionales, aquellas en las que se decidían los futuros líderes del país, se mantuvo fuera de su alcance por casi dos décadas más. Fue en las elecciones generales de 1951 cuando, por primera vez, las mujeres uruguayas tuvieron la oportunidad de influir directamente en el destino político del país, eligiendo a sus representantes nacionales.
Este acto de ejercer el voto fue mucho más que un simple derecho; fue una declaración de presencia y relevancia en el espacio público, una manera de decir “aquí estamos” y “nuestra voz cuenta”. La inclusión de la mujer en las elecciones nacionales de 1951 sentó las bases de una transformación profunda en la sociedad uruguaya. De repente, la política ya no era un ámbito exclusivo de los hombres, y la participación femenina comenzó a ser vista como un pilar fundamental para la democracia.
Aquel día de noviembre, miles de mujeres acudieron a los centros de votación, acompañadas por una mezcla de entusiasmo y nerviosismo. La prensa de la época capturó el momento con titulares que destacaban la importancia histórica de la jornada. Las urnas reflejaron una decisión que ya no pertenecía exclusivamente a los hombres; el país, en su conjunto, se dirigía hacia un camino de inclusión y equidad. En palabras de algunas de las mujeres que votaron por primera vez, fue un día que dejó en sus memorias la sensación de estar participando en una construcción colectiva de la ciudadanía.
Los efectos de este avance no tardaron en manifestarse. Con el tiempo, las mujeres comenzaron a ocupar roles cada vez más significativos en la vida pública uruguaya, aportando su visión en espacios políticos, sociales y culturales. Este cambio fue también el punto de partida para un proceso de revisión y transformación de las leyes y prácticas discriminatorias. El país empezó a asumir que una verdadera democracia debía representar a todas las personas, sin distinciones de género.
Actualmente, el 11 de noviembre sigue siendo una fecha de profundo simbolismo en Uruguay. Es un día que invita a la reflexión y la celebración, pero también al compromiso de continuar trabajando por la igualdad. Aunque se han logrado muchos avances, la realidad sigue mostrando desafíos que persisten. La brecha salarial, la representación equitativa en cargos de liderazgo y la lucha contra la violencia de género son cuestiones que aún requieren atención y esfuerzo.
Para muchas mujeres uruguayas, este aniversario no es solo una conmemoración histórica; es un recordatorio de todo lo que se ha conseguido y de todo lo que aún falta por lograr. El 11 de noviembre de 1951 representa el inicio de un largo camino hacia la igualdad, una fecha que inspira a las nuevas generaciones a seguir levantando la voz y reclamando su lugar en la sociedad.
Este día histórico es mucho más que un evento en el calendario; es un emblema de la resiliencia, la valentía y la convicción de aquellas mujeres que, con su voto, marcaron un antes y un después en la historia democrática de Uruguay.
Descarga nuestra app para acceder a Salto al Día en tu móvil:
Descargar App (ZIP)