Jimmy Carter transformó su imagen mundial con un legado centrado en la paz y los derechos humanos. Archivo - El expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter tras recibir el Nobel de la Paz - CENTRO CARTER - Archivo
Jimmy Carter, expresidente de EE.UU. y Nobel de la Paz, marcó la historia como defensor de la democracia y los derechos humanos.
Un presidente nacido del descontento
Hijo de una familia acomodada de Georgia y graduado de la Academia Naval, Carter llegó a la presidencia como un demócrata moderado en respuesta a la crisis de confianza provocada por el escándalo del Watergate y la Guerra de Vietnam. Su imagen de hombre honesto y técnico, basada en su formación como ingeniero, conectó con los votantes en un momento de incertidumbre.
Las elecciones de 1976, una de las más ajustadas en décadas, lo vieron imponerse sobre Gerald Ford con el 50,1 % de los votos populares y 297 votos electorales. Carter logró conquistar el sur del país, región históricamente rezagada en la política nacional, llevando al poder a un presidente sureño por primera vez desde 1848.
Una presidencia marcada por la economía y la diplomacia
Carter asumió en un contexto económico complicado. Aunque implementó medidas como la Ley de Asignaciones de Estímulo Económico, estas fueron insuficientes para combatir el impacto de la inflación y el alza en los precios del petróleo. La creación de los Departamentos de Educación y Energía, así como avances en la desregulación de sectores como el transporte, se vieron opacados por la creciente crisis económica.
En política exterior, Carter logró éxitos notables. Los Acuerdos de Camp David, que trajeron la paz entre Egipto e Israel, y los tratados sobre el Canal de Panamá fueron hitos de su mandato. También estableció relaciones diplomáticas con China y firmó el tratado SALT II con la URSS. Sin embargo, su mayor fracaso fue la crisis de los rehenes en Irán, culminada con un fallido rescate en 1980 que dejó ocho estadounidenses muertos y selló su derrota frente a Ronald Reagan.
Una vida de servicio después de la Casa Blanca
Lejos de desaparecer tras su derrota, Carter dedicó su vida a causas humanitarias y diplomáticas. Fundó el Centro Carter en 1982, desde donde lideró iniciativas de observación electoral y mediación en países con procesos democráticos débiles. Su labor incluyó negociaciones con figuras controvertidas como Kim Il Sung y Muamar Gadafi.
Además, Carter se unió a Habitat for Humanity, ayudando a construir viviendas para personas desfavorecidas. Participó activamente en estas labores hasta que la pandemia limitó sus apariciones públicas.
Un Premio Nobel y una valoración en retrospectiva
Carter recibió el Premio Nobel de la Paz en 2002 por sus esfuerzos para resolver conflictos internacionales y promover el desarrollo. Reconocido por su frase "como expresidente soy mejor de lo que fui como presidente", Carter vio cómo su valoración pública mejoró con el tiempo. Aunque durante su mandato tuvo una aprobación promedio del 45,5 %, su legado humanitario y diplomático elevó su reconocimiento al 64 % en 2009, según encuestas de CNN.
Jimmy Carter será recordado no solo como un presidente de desafíos y contrastes, sino como un líder global cuya mayor fortaleza brilló fuera de los muros de la Casa Blanca. Su vida ejemplifica la búsqueda constante de paz, justicia y dignidad para las personas más vulnerables del mundo.
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