La justicia argentina cierra el caso Nahir Galarza: no saldrá de prisión hasta los 54 años

La Corte Suprema rechazó el último recurso de Nahir Galarza, dejando firme su condena a perpetua por homicidio calificado.

La condena a prisión perpetua, ratificada por la Corte Suprema, abrió un precedente judicial y generó un amplio debate social.

La justicia argentina ratificó la condena de Nahir Galarza a prisión perpetua, cerrando un extenso proceso judicial y mediático sin precedentes.


Nahir Galarza: La joven con la condena más alta de Argentina enfrenta su futuro

Cuando la Corte Suprema de Justicia rechazó el último intento de la defensa de Nahir Galarza, quedó claro que el caso había llegado a su fin en el ámbito judicial argentino. La condena a prisión perpetua por el homicidio de Fernando Pastorizzo, un joven de 20 años asesinado en diciembre de 2017, quedó definitivamente firme. Esto significa que Galarza, hoy de 25 años, podría salir en libertad recién a los 54. Pero esta no es solo la historia de un crimen, sino también la de una sociedad que debatió, juzgó y dividió opiniones alrededor de una tragedia que conmocionó al país.

Un amanecer trágico en Gualeguaychú

Era una madrugada típica de verano en Entre Ríos, calurosa y pesada. Fernando y Nahir, que mantenían una relación inestable y turbulenta, estaban juntos esa noche. Según quedó demostrado en el juicio, él conducía una moto cuando recibió un disparo por la espalda. Minutos después, mientras yacía en el suelo, un segundo disparo terminó con su vida.

La noticia corrió como pólvora en Gualeguaychú, un pueblo donde todos se conocen. Las primeras versiones hablaban de un accidente, pero pronto la historia tomó un giro más oscuro. “No se hablaba de otra cosa. Es algo que nunca habíamos visto aquí, parecía de una película”, recuerda una vecina que siguió los detalles del caso en los noticieros locales.

Un camino judicial agotado

Desde el momento en que se dictó la sentencia en 2018, la defensa de Nahir Galarza intentó apelar el fallo por todas las vías legales posibles. Argumentaron que el crimen había sido un accidente o que debía considerarse como homicidio culposo, e incluso trataron de instalar la narrativa de que Nahir vivía en un contexto de violencia de género. Sin embargo, las pruebas presentadas en su contra fueron contundentes. Los peritajes demostraron que ambos disparos fueron mortales y que no existía ningún elemento que sugiriera legítima defensa o un accidente.

La Cámara de Casación de Concordia confirmó la condena en 2019, al igual que el Tribunal Superior de Justicia de Entre Ríos. Finalmente, el caso llegó a la Corte Suprema de Justicia, donde, en un fallo reciente, se decidió rechazar el último recurso de queja presentado por la defensa. Esta resolución dejó sin más instancias legales a Galarza en el ámbito nacional. Ahora, la posibilidad de recurrir a organismos internacionales como la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) aparece como el único camino restante, aunque estos procesos suelen ser largos y de resultado incierto.

Una historia que trascendió los tribunales

El caso Galarza rápidamente dejó de ser solo un expediente judicial y se convirtió en un fenómeno mediático. Documentales, libros, programas de televisión y hasta una película llevaron esta historia a los hogares de todo el país. Las redes sociales también jugaron un papel clave, polarizando las opiniones de la sociedad. Algunos veían a Nahir como una joven víctima de las circunstancias y de un sistema judicial rígido; otros la consideraban culpable sin atenuantes, una persona fría y calculadora.

En el centro del debate mediático estuvo también la estrategia de la defensa, que en un giro inesperado sugirió que el padre de Nahir, Marcelo Galarza, ex policía, podría haber tenido algún grado de responsabilidad en el crimen. Sin embargo, esta hipótesis no encontró respaldo en las pruebas y fue descartada por los tribunales.

El impacto social y cultural

La condena de Nahir Galarza, además de marcar un precedente en la justicia argentina, también generó un amplio debate sobre temas sociales de gran relevancia: la violencia en las relaciones de pareja, el rol de la mujer en contextos de conflicto y la influencia de los medios en los procesos judiciales. Este caso, en particular, expuso cómo la presión mediática puede moldear la percepción pública incluso antes de que se dicten sentencias definitivas.

Para Nahir, los próximos años estarán marcados por la adaptación a la vida en prisión y, eventualmente, la posibilidad de solicitar beneficios penitenciarios, siempre que cumpla con los requisitos legales y tenga buena conducta. Sin embargo, aún está por verso si la defensa buscará plantear su caso ante instancias internacionales, alegando violaciones a derechos humanos.

Un legado polémico

Este caso quedará grabado en la memoria colectiva no solo por la gravedad del crimen y la juventud de sus protagonistas, sino también por las complejas dinámicas sociales que desató. ¿Fue justicia o un juicio mediático? ¿Podría haber tratado de otra forma? Estas preguntas siguen abiertas y probablemente continuarán siendo discutidas en años venideros. Lo que es seguro es que, para Fernando Pastorizzo, su familia y la comunidad de Gualeguaychú, el vacío dejado por aquella madrugada trágica nunca podrá llenarse.


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