Malaquina pidió 100 mil dólares a Albisu y desató el escándalo en plena campaña electoral

Malaquina pidió 100 mil dólares a Albisu en plena campaña. La jugada sacudió la coalición y dejó al colorado en evidencia.

El pedido de dinero en plena campaña desnudó tensiones internas y dejó en evidencia grietas políticas. Foto FocoUy

El pedido de 100 mil dólares de Marcelo Malaquina a Carlos Albisu desató una tormenta en la coalición republicana, dejando en evidencia oportunismo y tensiones internas.


"El papelón colorado: Malaquina y su cambalache que quedó en evidencia"

Gonzalo Sualina
Por Gonzalo Sualina
Periodista
Ahora que las elecciones quedaron atrás y el polvo empezó a asentarse, es momento de sacar cuentas y analizar algunas jugadas que, más que sumar, terminaron dejando a ciertos actores políticos con las patas en el barro. Uno de esos casos es el de la Lista 1 liderada por Marcelo Malaquina, cuyo accionar previo al balotaje dejó más dudas que certezas. Lo que debería haber sido un ejemplo de coordinación y laburo en equipo terminó siendo un cambalache que, francamente, avergüenza.

A ver, pongamos las cartas sobre la mesa. En los días previos al balotaje, hubo una reunión entre el Partido Nacional, representado en Salto por el Dr. Carlos Albisu, y la barra de Malaquina. ¿El objetivo? Planificar el trabajo político conjunto para reforzar la coalición republicana y ganarle al Frente Amplio, un objetivo que, en teoría, beneficiaba a todos los sectores involucrados. Pero la cosa se torció de forma inesperada cuando Malaquina y su séquito, sin pelos en la lengua, salieron a pedirle 100 mil dólares a Albisu para "trabajar en las elecciones".

Sí, cien lucas verdes. Una solicitud que dejó a más de uno con la boca abierta, no solo por lo desubicada, sino por lo torpe. Albisu, con la claridad que lo caracteriza, no se dejó envolver en semejante disparate. Su respuesta fue tajante: “Acá lo importante es trabajar juntos y no desviarnos del objetivo”.

Ahora, hagamos un paréntesis para reflexionar. Que alguien pida semejante suma de plata en una coalición que ya tiene un acuerdo firmado, donde los beneficios son compartidos, no es solo un error político. Es una muestra de oportunismo que raya el caradurismo. Porque una cosa es necesitar recursos para una campaña —algo que todos sabemos que pasa—, pero otra muy distinta es salir a pedir guita como si fuera la condición sine qua non para moverse.

¿Y qué deja esto en claro? Que mientras Albisu trabajaba enfocado en mantener la unidad de la coalición y asegurar una victoria para todos, Malaquina y los suyos estaban más preocupados por ver cómo sacaban su tajada. Es una actitud que no solo deja en evidencia la falta de visión de ciertos sectores colorados, sino que también expone las grietas internas que, en vez de cerrar, ellos mismos se encargaron de ensanchar.

Ahora, ¿qué pensaron que iba a pasar después? ¿Que este papelón iba a quedar entre cuatro paredes? Salto no es tan grande, y el pueblo no es zonzo. Estas cosas corren como reguero de pólvora, y lo único que lograron fue mancharse ellos mismos. La jugada dejó mal parado no solo a Malaquina, sino también a toda su barra, mostrando que lo que debería haber sido un esfuerzo conjunto terminó siendo un intento de negociar un beneficio personal o sectorial.

Por otro lado, Albisu salió fortalecido de todo este embrollo. Mientras otros se perdían en chiquitajes y maniobras burdas, él se mantuvo firme en su postura, demostrando que su prioridad era y sigue siendo el trabajo por el departamento y por la coalición. No es casualidad que muchos ya lo ven como una de las figuras más sólidas del Partido Nacional en Salto, con proyección no solo para la intendencia, sino también como un referente que trasciende los límites departamentales.

Pero volvamos a Malaquina. Este episodio no hace más que confirmar algo que ya se venía sospechando: hay sectores dentro de la coalición que todavía no entendieron de qué va la cosa. No se trata de sacar ventaja, de pedir plata ni de jugar para la tribuna. Se trata de construir, de remar todos para el mismo lado, porque el objetivo común era ganar y avanzar en un proyecto que beneficia a todos los que integran la coalición.

Y ojo, no estoy diciendo que pedir recursos para una campaña sea algo fuera de lo común. Pero lo que sí está fuera de lugar es la desprolijidad con la que se manejaron. Una cosa es necesitar apoyo, y otra muy distinta es salir con un planteo que parece más propio de un cambista de feria que de un dirigente político.

En definitiva, Malaquina y su barra se pegaron un tiro en el pie. Porque no solo fallaron en el intento de conseguir lo que pedían, sino que además expusieron una debilidad política que ahora les será difícil remontar. En política, como en la vida, la imagen lo es todo, y esta movida los dejó pintados como improvisados, desubicados y poco comprometidos con la coalición.

Lo más triste de todo esto es que estas jugadas no hacen más que debilitar el proyecto colectivo. Mientras Albisu sigue demostrando que está hecho para liderar, otros parecen estar más preocupados por ver cómo ponen palos en la rueda. Y así estamos, con algunos empujando para adelante y otros tirando para atrás.

Al final del día, la gente ya sacó sus conclusiones. Albisu salió fortalecido, y Malaquina quedó como el dirigente que quiso hacer negocio y terminó embarrándose solo. En política no hay lugar para este tipo de actitudes, y el pueblo, que no es ningún gil, ya tomó nota.

Moraleja: en vez de pensar en el bolsillo, más vale laburar con seriedad y compromiso. Porque, al final, los resultados no solo se ganan en las urnas, sino también en la confianza que el pueblo deposita en sus dirigentes. Y esa confianza, Marcelo, no se compra con plata. Se gana con hechos.

No compromiso colorado: la Lista 1 y su cero aporte a la campaña

Según fuentes cercanas al proceso electoral, los colorados y en especial la Lista 1 liderada por Marcelo Malaquina, no dieron mucho para la campaña. Más allá del escándalo de los 100 mil dólares, lo que más me preocupa es la evidente falta de voluntad y compromiso que varios de sus dirigentes demostraron durante todo el período electoral.

Se dice que en lugar de aportar al trabajo en común que requiere la coalición republicana, la Lista 1 optó por un perfil bajo que se tradujo en poco acción concreta en el territorio. Mientras otras fuerzas de la coalición recorrían barrios, dialogaban con vecinos y movilizaban a sus votantes, los colorados, especialmente esta lista, parecían más preocupados por sus propios intereses que por sumar al esfuerzo colectivo.

No pasó desapercibido para muchos de sus propios dirigentes, que ahora cuestionan internamente la falta de empuje y esperan que no se repita en las próximas elecciones departamentales. En ese sentido, el Dr. Carlos Albisu es el candidato más sólido para la intendencia, con un liderazgo que no solo se mantuvo firme sino que se fortaleció a pesar de las dificultades.

El reto para los colorados y especialmente para la Lista 1 será demostrar que están a la altura de las circunstancias y que pueden aportar de verdad a la coalición en las departamentales. Pero con el antecedente de su cero aporte en esta campaña, tendrán mucho trabajo por delante para recuperar la confianza de sus propios aliados.

Con Albisu como próximo intendente, sumar al proyecto político será clave. No puede ser constante la falta de voluntad y acción, sobre todo cuando el liderazgo de Albisu está trayendo el futuro del departamento.



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