Miles de personas apuestan al Gordo, una tradición que combina ilusión, premios y apoyo a causas solidarias.
Con $160 millones en juego, el Gordo de Fin de Año reúne miles de apuestas, mantiene tradiciones y apoya causas sociales.
El aire de diciembre en Uruguay siempre tiene algo especial. Hay calor, hay brindis, hay planes para la playa, y hay algo que no puede faltar: el Gordo de Fin de Año. Un clásico, tan uruguayo como el mate, que llena de esperanza a miles. Este año, la apuesta es grande: $160 millones, o unos US$3,7 millones, esperan a un afortunado. Sí, alguien terminará el año con la vida resuelta… o al menos con un buen arranque para el próximo.
La Dirección Nacional de Loterías y Quinielas tira al ruedo 40.000 números, y aunque la tecnología avanza y están los billetes electrónicos, la tradición manda: 35.000 de esos números son físicos. Esos papelitos que se reparten por todo el país, de los kioscos de Montevideo a los más recónditos rincones del interior. Porque no importa dónde estés, todos sueñan con pegarle al Gordo. Eso sí, los números electrónicos son cada vez más populares, especialmente en Montevideo, donde se venden más de la mitad de los billetes totales.
Y si algo es seguro, es que el uruguayo no juega solo. Acá nadie quiere perderse la chance, pero tampoco todos tienen $14.000 para un billete entero. Así que se arman los colectivos: amigos, familia, compañeros de trabajo. Por $1.400 podés comprar un décimo, y si la cosa anda más ajustada, por $350 participás con una fracción electrónica. Cada quien con su estrategia, pero todos con el mismo objetivo.
El sorteo será el lunes 30 de diciembre a las 21:00 horas, y ahí se definirá quién se lleva el premio mayor. Pero no solo el Gordo importa: hay unos 12.000 premios en juego, que en total reparten cerca de US$9 millones. Y por si te quedás con ganas, ya viene la Revancha de Reyes en enero, con $60 millones más esperando a que alguien los reclame.
En los últimos años, los billetes electrónicos han crecido en ventas, pero para muchos, nada reemplaza tener el número físico en la mano. Hay algo en esa costumbre, en comprar el billete, mirarlo, imaginar qué harías si te toca. Y esa tradición sigue viva, a pesar de que ahora podés apostar hasta una hora antes del sorteo desde tu celular, con tarjeta y todo.
Pero no todo se queda en la emoción de jugar. Un 3% de lo recaudado en el Gordo de Fin de Año y la Revancha de Reyes va destinado a hospitales como el Pereira Rossell, el Maciel y el Pasteur. El año pasado, cada uno recibió alrededor de US$200.000. Así que, mientras soñás con el premio, también estás ayudando.
Es diciembre, y en Uruguay eso significa ilusión, apuestas, y una mezcla de costumbre y esperanza que se renueva cada año. Tal vez no te toque el Gordo, pero seguro ya estás pensando en qué número comprar para la próxima. Porque si algo queda claro, es que el sueño nunca termina.
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