José Mujica reflexionó sobre la necesidad de renovación política en la región y pidió a los líderes históricos dar espacio a nuevas generaciones.
El expresidente uruguayo aboga por liderazgos renovados en la región y critica la permanencia prolongada de figuras históricas en el poder.
El expresidente de Uruguay, José Mujica, admitió recientemente que las palabras que utilizó para referirse a la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner fueron inapropiadas. En una entrevista, Mujica expresó: “Ahí está la vieja (Cristina) Kirchner en la Argentina, al frente del peronismo. En lugar de ponerse de vieja consejera y dejar nuevas generaciones, no, está jodiendo ahí. ¡Cómo les cuesta alargar el pastel!”. Estas declaraciones generaron revuelo en ambos lados del Río de la Plata, especialmente por el tono directo y crítico empleado.
Al ser consultado sobre sus declaraciones, Mujica reflexionó y admitió que su terminología “no era para nada diplomático” y “fue grosera”. Sin embargo, lejos de retractarse del contenido de sus palabras, volvió a insistir en que Cristina Fernández debería considerar dar un paso al costado y permitir que nuevas figuras emergieran dentro del peronismo. Para Mujica, esto es esencial no solo para el partido, sino para el futuro político de Argentina.
Durante la entrevista, Mujica resaltó las cualidades de la expresidenta, reconociendo su enorme influencia en una parte significativa de la sociedad argentina. “Kirchner es un fenómeno, probablemente en Argentina no hay quien goce de un cariño de las masas de cierto sector, un 30% o 40% de la población argentina, que la quieran tanto. Tiene un peso subliminal tremendo, es una mujer admirable y excepcional”, señaló. Sin embargo, estas palabras no suavizaron el impacto de sus críticas iniciales, que recordaron otro episodio controvertido de 2013.
En ese entonces, Mujica fue captado por un micrófono abierto durante una conferencia, refiriéndose a Cristina Fernández de Kirchner de manera despectiva mientras hablaba sobre ella y su fallecido esposo, Néstor Kirchner. “Esta vieja es peor que el tuerto”, dijo entonces, generando un gran revuelo. A pesar de las tensiones que esto generó en su momento, la relación entre ambos líderes tuvo altibajos. En años posteriores, Mujica llegó a calificar a Fernández de Kirchner como una mujer que, “a veces se pasa de rosca, pero a su manera quiere al pueblo argentino”.
A pesar de estas declaraciones polémicas, Mujica también aprovechó para reflexionar sobre el momento actual de Argentina, el cual describió como complicado. “Va a durar”, dijo sobre la situación del país. Para él, los desafíos actuales exigen ambicionar cambios profundos que permitan “volver a la construcción de una Argentina posible, que reparta un poco mejor”. Además, advirtió sobre los peligros de las políticas económicas basadas en la emisión descontrolada de dinero. “Creer que se puede llevar adelante una sociedad emitiendo y emitiendo, la historia ha demostrado que es una falsa perspectiva que termina en tragedia las más de las veces. Es probable que el movimiento peronista tenga que aceptar esto. Eso va a llevar tiempo y va a exigir nuevos dirigentes”, enfatizó.
Mujica también expresó su preocupación personal por el rumbo de Argentina y dijo que la sigue de cerca, debido a los lazos históricos y afectivos que siente hacia el país vecino. “Me duele mucho la situación de Argentina”, confesó. Sin embargo, insistió en que parte de la solución pasa por una renovación generacional en la política. “Pienso que los grandes referentes, y no hay otro referente del peronismo más grande que la señora Cristina Kirchner, debería usar su poder para bucear, buscar y empujar que se procesen nuevas generaciones”, manifestó.
Esta insistencia en la necesidad de renovación no es casualidad, ya que Mujica también compartió ejemplos de su propia experiencia dentro del Frente Amplio en Uruguay. Según relató, su sector político, el Movimiento de Participación Popular (MPP), logró un resultado histórico en las últimas elecciones parlamentarias, obteniendo una amplia bancada sin que él fuera como protagonista de la campaña. Para Mujica, este éxito es una prueba de que dar un paso al costado puede ser un acto de responsabilidad política que beneficiará a toda una organización.
Sin embargo, las reflexiones de Mujica no se limitaron a la política argentina. Durante la misma conversación, el expresidente uruguayo criticó duramente las divisiones internas en la izquierda latinoamericana, señalando específicamente el conflicto entre Evo Morales y el actual presidente de Bolivia, Luis Arce. Morales, quien gobernó Bolivia entre 2006 y 2019, ha acusado a Arce de intentar “proscribirlo” de la carrera electoral utilizando el sistema de justicia. Mujica fue categórico al condenar estas disputas internas: “En la vida hay un tiempo para llegar y otro tiempo para irse (...) Lo de Evo es inconcebible”.
Volvió a expresar su preocupación por la situación política en Bolivia, lamentando las tensiones entre Morales y Arce. “Estos dos viejos que se están peleando me revienta, y estoy aburrido de verlo, algo de eso vi en Ecuador”, afirmó, dejando entrever su frustración ante la falta de renovación en el liderazgo de la región. “¡Cómo nos cuesta dar el paso atrás y empujar una nueva generación! Es un defecto humano, por lo visto”, concluyó, haciendo un llamado a que los líderes dejen de lado sus intereses personales para dar paso a figuras emergentes.
Estas palabras reflejan tanto su preocupación por el futuro de la región como su visión sobre los desafíos que enfrenta la política latinoamericana.
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