Un rescate en el río salva a un hombre que permanecía flotando. Ahora las autoridades buscan contactar a sus familiares.
Un operativo nocturno rescató a un hombre que ingresó al río con intenciones inciertas. Permanece hospitalizado mientras las autoridades trabajan para contactar a su familia.
Un llamado rompe la calma de una noche que prometía ser como cualquier otra. La hora: 20:30. Alguien al otro lado del teléfono, un hombre, alerta sobre algo que no se escucha todos los días: un desconocido, sin mucha más descripción que "un masculino", se adentra en el río con un aire que suena a despedida. No hay certeza, pero el instinto no falla. Lo pierden de vista.
Acto seguido, se pone en marcha la maquinaria. El móvil ARN 2466 y el bote semirrígido PNN 225 salen hacia la zona señalada. La Ensenada y su tranquilidad habitual se ven interrumpidas por luces que cortan la oscuridad y el sonido de motores abriéndose paso hacia el agua.
Y ahí está él. Flotando. No es un cuerpo sin vida, no aún. Los signos vitales están ahí, aunque frágiles. Sin perder un segundo, lo sacan del agua, como si el tiempo apretara el reloj con fuerza. La ambulancia no demora en llevarlo al hospital, donde los médicos hacen lo suyo. Lo atienden, lo estabilizan, y él queda internado. No es un final cerrado, pero hay un hilo de esperanza.
Mientras tanto, otro esfuerzo comienza. La policía intenta localizar a los familiares. Nadie sabe qué lo llevó hasta allí, pero esas respuestas tendrán que esperar. Por ahora, todo gira en torno a una cosa: mantenerlo a salvo, al menos por esta noche.
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