Las calles que solían llenarse de ritmo y color hoy se enfrentan a un silencio que desafía al carnaval tradicional.
El carnaval de Salto está en el ojo de la tormenta. Las escuelas de samba decidieron no participar del evento oficial y plantean un nuevo escenario: un desfile independiente que desafía la tradición.
El carnaval de Salto, ese evento que cada verano llena las calles de ritmo, plumas y colores, está tambaleando. Pero esta vez, no por falta de entusiasmo del público, sino por una decisión tajante de las principales protagonistas: las escuelas de samba. “No participamos del carnaval oficial”, anunciaron en las últimas horas. Y con esa frase, rompieron filas y abrieron un nuevo capítulo en la historia del carnaval salteño.
Salto Al Día dialogó con Federico Regueira, integrante de Tropi Junior, una de las agrupaciones afectadas por esta decisión. “La verdad que es una decisión que se tomó tras la última reunión que tuvimos. Las opciones que nos daban no eran las que queríamos, y nuestra propuesta no fue aceptada”, explicó Regueira.
Una ruptura que estaba en el aire
El desencuentro no sorprende. Las escuelas vienen reclamando hace tiempo un cambio de enfoque. Quieren crecer, ofrecer un show de calidad y profesionalizarse. Pero sienten que las propuestas de la intendencia no van en esa línea. Y la gota que derramó el vaso fue la falta de acuerdos sobre la duración y las condiciones del desfile.
En la última reunión, la postura de la intendencia fue firme: dos días de desfile y un esquema reducido. Las escuelas, por su parte, llegaron con propuestas alternativas, incluso ofreciendo soluciones para el tema económico. Pero no hubo punto de encuentro.
“Nosotros invertimos mucho durante el año, tanto en infraestructura como en espectáculo. No podés pretender que todo ese trabajo se luzca en un par de noches”, agregó Regueira.
El sueño de la independencia
La pregunta inevitable es: ¿por qué no se independizan y organizan su propio carnaval? Y la respuesta no es tan sencilla. Aunque la idea está sobre la mesa, también es cierto que la intendencia siempre fue parte fundamental en la organización del evento.
“Queremos ser independientes, pero también necesitamos que la intendencia nos acompañe. No es algo que podamos hacer solos de un día para otro. Necesitamos estructura, apoyo y también compromiso de la comunidad”, explicaron.
La posibilidad de formar una asociación de escuelas de samba ya está en marcha. El objetivo: tener voz propia, manejar los tiempos y los recursos, y evitar que situaciones como esta se repitan.
Alternativas en el horizonte
Con la decisión de no participar del carnaval oficial, se abren varias alternativas. Desde desfiles independientes hasta la posibilidad de trabajar con empresarios privados que quieran apostar por el evento.
“Lo que no queremos es quedarnos sin carnaval. Si no es oficial, buscaremos otra forma de hacerlo. Pero Salto merece un carnaval de calidad y no vamos a renunciar a eso”, afirmaron los referentes.
El impacto en la comunidad
El carnaval no es solo un evento cultural. Es una tradición que mueve la economía local, que genera trabajo y que llena las calles de vida. Por eso, la decisión de las escuelas impacta más allá del espectáculo en sí.
“Esto afecta a comerciantes, a costureras, a artistas, a toda una cadena que trabaja para que el carnaval sea posible. No es una decisión que tomamos a la ligera. Pero sentimos que teníamos que hacerlo para defender nuestra visión del carnaval”, concluyeron.
Una reflexión final
El carnaval de Salto está en una encrucijada. Y, como todo cambio, trae incertidumbre pero también oportunidades. Tal vez sea el momento de reinventar la tradición, de buscar nuevos caminos y de construir un carnaval que realmente represente a quienes lo hacen posible.
Porque, al final del día, el carnaval es mucho más que plumas y tambores. Es cultura, identidad y, sobre todo, comunidad.
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