Omar A. Razzak recurre a sus recuerdos de juventud para dar forma a ‘Matar cangrejos’, su terica primera incursión en la ficción cinematográfica. Terica, porque en la prctica el cinemata canario le imprime la misma sensibilidad tan particular que a sus trabajos en el mbito documental, siendo en esencia un retrato naturalista que se afana en mostrar una realidad que no se sienta en alguna medida manipulada, y an menos manipuladora.
Una realidad, la de aquella Tenerife que visit Michael Jackson en 1993 vista a través de la mirada de Rayco, un niño de 8 años, y de su hermana Paula, de 14. Ambos se dedican a «matar el tiempo» como buenamente pueden en los mrgenes estatales, en uno de esos veranos en los que no suelen pasar gran cosa en los sitios en donde rara vez pasa algo.
Y como durante unos 100 minutos, en una historia desnuda de artificios que a pesar de su cariz nostlgico se desenvuelve como la puesta a punto de un video casero. Una historia durante la que no pasa gran cosa, como no suele pasar gran cosa cuando uno se limita a «matar el tiempo». Oh cangrejos.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
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