
“Hemos documentado muchos casos en los que la legislación antiterrorista y otras disposiciones penales se han utilizado para hostigar, arrestar, detener y condenar a actores de la sociedad civil en Turquía, incluido el Dr. Fincancı, por motivos falsos”, dijeron los expertos en un comunicado.
Tarifas ofuscadas
El 26 de octubre, la Sra. Fincancı, que ayudó a desarrollar los estándares de referencia de la ONU para investigar y documentar casos de tortura, conocidos como el Protocolo de Estambul, fue arrestada en su casa por razones poco claras.
Se cree que su detención es una represalia por su llamado público a que se investigue el presunto uso de armas químicas y las muertes relacionadas que involucran al ejército turco.
“El arresto del Dr. Fincancı parece ser parte de un patrón deliberado de implementación de legislación antiterrorista para desacreditar a los defensores y organizaciones de derechos humanos y perturbar su derecho vital a los derechos humanos y al trabajo médico”, agregaron.
Socavando las libertades
Este tipo de ataques tienen como objetivo limitar el espacio civil seguro, socavar el estado de derecho y socavar las libertades fundamentales y los valores democráticos, según los relatores especiales designados por el Consejo de Derechos Humanos.
«Debe protegerse la capacidad de los defensores de los derechos humanos y los médicos para decir la verdad al poder.«, subrayaron los expertos independientes, que destacaron que la divulgación de las violaciones de los derechos humanos es «uno de los pilares de las sociedades democráticas» y el ejercicio de los derechos a la libertad de expresión y asociación son «derechos protegidos por el derecho internacional de los derechos humanos».
“La detención pendiente de investigación después del período de entrevista inicial es una medida excepcional y debe estar sujeta a autorización judicial en cuanto a su continua legalidad y proporcionalidad”, recordaron.
llamar a turquia
Los relatores especiales pidieron a las autoridades turcas que liberaran «inmediata e incondicionalmente» a la Sra. Fincancı, así como a otros actores de la sociedad civil detenidos por motivos políticos.
También abogaron por el acceso a salvaguardias básicas y la protección de la integridad mental y física de los defensores, tanto durante como fuera de la detención.
Cumplimiento de obligaciones
Desde 1988, Turquía es parte de la Convención de la ONU contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes.
Tras la ratificación, los Estados Partes deben tomar todas las medidas para prevenir la tortura y malos tratos o castigos similares, y para investigar y enjuiciar los delitos relacionados.
Las amenazas de arresto y encarcelamiento y la intimidación judicial causan altos niveles de sufrimiento y angustia que podrían constituir un trato o castigo psicológico inhumano o degradante en violación del derecho internacional.
Y en 2003, Turquía ratificó el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que prohíbe el arresto o la detención arbitrarios.
Llamado a la acción
Los expertos de la ONU expresaron sus puntos de vista sobre este caso con el gobierno de Turquía y pidieron a las autoridades que tomen medidas provisionales de inmediato para proteger la integridad mental y física del Dr. Fincancı y poner fin al hostigamiento judicial de quienes defienden los derechos de los demás.
Los relatores especiales tienen el mandato de investigar e informar sobre un tema o situación específica de derechos humanos en un país. Los cargos son honorarios y los expertos no son remunerados por su trabajo.
Haga clic aquí para ver los nombres de los relatores especiales que firmaron la declaración.