La madrugada del lunes comenzó con un llamado de emergencia en un hospital de Sauce, Canelones. Un niño de apenas 2 años llegó en estado crítico, mojado, inconsciente y con golpes en todo el cuerpo. Fue trasladado de inmediato al Hospital de Las Piedras y luego derivado a Montevideo, donde los médicos confirmaron lo peor: signos evidentes de maltrato extremo y lesiones en la cabeza y genitales.
Su madre y su pareja lo habían llevado al hospital a las 5:00 de la mañana. Cuando los médicos les preguntaron qué había pasado, no pudieron dar una explicación clara. La gravedad del caso obligó a dar aviso inmediato a la Policía, que inició una investigación.
Los agentes fueron hasta la vivienda donde residía el menor y allí encontraron un panorama alarmante. Restos de cocaína en la casa y evidencias de un entorno violento encendieron todas las alarmas. La pareja de la madre quedó detenida y la Fiscalía ya tomó el caso.
El pequeño, en estado reservado, lucha por su vida en Montevideo. Mientras tanto, las autoridades intentan reconstruir las últimas horas antes de su ingreso al hospital y determinar quiénes son los responsables de su brutal condición.
El caso ha generado indignación y vuelve a poner en debate la violencia infantil y el control sobre menores en situación de vulnerabilidad. ¿Cómo nadie vio lo que estaba pasando antes de que llegara al hospital? ¿Cuántas señales se pasaron por alto?
La investigación sigue su curso y se esperan avances en las próximas horas.
