Los legisladores de Estados Unidos darán un paso importante esta semana hacia la derogación de una autorización sobre los poderes presidenciales en caso de guerra que data de hace décadas, en lo que se antoja también como una iniciativa que busca reafirmar la autoridad del Congreso y que está ganando apoyos con el paso de las semanas.
La derogación de las Autorizaciones para el Uso de la Fuerza Militar (AUMF) de 2001 y 2002 es un tema que ha sido abordado por legisladores estadounidenses durante varios años, pero hasta la fecha no ha tenido éxito en la eliminación de estas autorizaciones que permiten al presidente estadounidense amplios poderes para realizar operaciones militares sin el consentimiento del Congreso.
Ahora, los legisladores han vuelto a la carga y esperan que esta vez la derogación tenga éxito. Además de la derogación de la AUMF que autorizó la guerra en Irak en 2003, la legislación que se está considerando esta semana en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado también derogaría la AUMF de 1991 que autorizó al presidente George H. W. Bush a enviar fuerzas a Irak.
El objetivo es claro: reafirmar la autoridad del Congreso y asegurarse de que los poderes presidenciales en tiempos de guerra no sean tan amplios como en el pasado. Tanto demócratas como republicanos han llegado a la misma conclusión: necesitamos dejar la guerra de Irak detrás, de una vez por todas. Y hacer eso significa que debemos, para empezar, extinguir la autoridad legal que inició la guerra.
La última vez que el Congreso usó formalmente sus poderes para declarar la guerra fue en 1942, contra Rumania, Bulgaria y Hungría. Desde entonces, ha otorgado a los presidentes de Estados Unidos una autoridad más amplia para llevar a cabo operaciones militares. Es por eso que los legisladores creen que es hora de que el Congreso recupere su papel y tenga una mayor participación en la toma de decisiones relacionadas con la guerra y las operaciones militares.
La AUMF de 2001, en particular, ha sido objeto de controversia en los últimos años. Fue aprobada poco después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, con el objetivo de otorgar al presidente George W. Bush la autoridad necesaria para responder al ataque y combatir al grupo responsable, Al Qaeda. Sin embargo, desde entonces, la AUMF se ha utilizado como justificación para acciones militares mucho más allá de su propósito original, lo que ha generado preocupación entre los legisladores y la población en general.
El presidente Barack Obama, por ejemplo, utilizó la AUMF de 2001 como justificación para lanzar ataques aéreos contra el Estado Islámico en Irak y Siria en 2014. Y en 2020, el presidente Donald Trump utilizó la misma autorización para autorizar el ataque aéreo que mató al general iraní Qasem Soleimani en Irak. El hecho de que una autorización de uso de la fuerza de hace dos décadas siga justificando la guerra y las operaciones militares actuales es un problema para muchos legisladores, que creen que el Congreso debe tener un papel más activo.
Legisladores de EE.UU. avanzan hacia la derogación de autorización presidencial de guerra de décadas de antigüedad
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